Hoy se necesitaba mucho estómago y nervios de acero para no abrir la portada con la investigación de la fiscalía a Juan Carlos I por las comisiones del AVE a la Meca. Como tema del día parece difícil de superar. Pues tres diarios no lo juegan así. La Vanguardia y El Mundo lo entierran en dos columnas por debajo y ABC ni lo menciona.

El diario barcelonés insiste en un subtítulo que "es prematuro" fijar los delitos por los que sería perseguido el monarca emérito. Chimpún. El fiscal ya ha dicho que investiga por fraude fiscal y blanqueo de capitales, pero, en fin, es demasiado pronto. Lo es técnicamente, como es evidente que, una vez que se ha encuadrado la investigación en esos dos delitos, no irá más allá. Podrá ser fraude o blanqueo, no robo o rebelión, por ejemplo. Quizás se podía haber dicho de esta manera, que queda más claro. O quizás no se quiere que quede más claro, vete a saber.

El tabloide monárquico escoge el caso Trapero, el Mayor de los Mossos a quien la fiscalía ya no acusa de rebelión —estaba cantado: obviamente no pueden acusarlo de un delito más grave que el de los presos políticos. Dice el diario que el gobierno español ha sometido a la fiscalía, bla, bla, bla. El diario quiere inducir un relato visceral: el mismo "gobierno socialcomunista" se esfuerza para que la fiscalía trate bien a Trapero pero no hace nada por el rey emérito. ¡Qué vergüenza! ¡Qué deshonor! Etcétera. Es curioso que este diario, que nunca tiene suficiente portada para presentar los actos más banales y protocolarios de la monarquía como una especie de ritos de salvación, no informe de ella cuando es noticia de verdad.

El Mundo ha preferido promover el informe de un perito judicial que dice que la única autoridad competente subestimó la gravedad de la pandemia, que debían saberlo desde hacía días, bla, bla, bla. El perito lo tiene muy claro, según el diario, y habla de "hecatombe". Es una lástima que no fuera él quien comandara el operativo sanitario. El Mundo debe querer provocar entre su parroquia un picor parecido al de ABC, pero cambiando a Trapero por Salvador Illa y Fernando Simón, los chivos expiatorios más populares a la derecha del espectro mediático.

La histeria de ese diario alcanza a un grado notable, parecido al de la propaganda bélica de la Guerra Civil. La trampa que utiliza es la misma de siempre: hacerte creer que Illa y Simón actuaron así deliberadamente para proteger la manifestación feminista del 8-M y leña al mono, que es de goma. La competencia de los gestores sanitarios únicos es bien conocida, vale, pero de aquí a verlo como una conspiración política... Además ¿en qué quedamos? ¿Eran competentes para organizar una conspiración de esa naturaleza —desenmascarada por un sabio perito judicial— pero incompetentes para comandar la única autoridad competente? Alguna cosa no cuadra.

Los portadistas de La Razón, como sucede últimamente, han sido más inteligentes y su primera página tiene más mala leche. Explica que investigan a Juan Carlos I pero tranquilos, que no lo llamarán a declarar, como queriendo decir que toca hacer el teatrillo de la justicia pero que a la hora de la verdad, meh. Este diario tiene excelentes conexiones con la fiscalía y los cuerpos policiales (o viceversa, nunca se sabe) y ha adelantado sus decisiones unas cuantas veces. Es probable que también acierten ahora. Pronto lo sabremos.

También resulta simpático el esfuerzo de El País, que vive y lucha por presentar una cara más heroica de la gestión de la crisis sanitaria. Hoy se hacen eco de un estudio del Imperial College de Londres: 450.000 personas han salvado la vida gracias a las medidas del gobierno, dice. El informe estudia once países europeos. El anterior análisis del Imperial College era aquel de principios de abril (pdf), según el cual el porcentaje de infectados en Europa desde el inicio del brote era del 15% de media por país. El problema, reconocido por los mismos autores, es la horquilla estimada para calcular esa media. En el caso de España, entre el 3,7% y el 41% de la población. Hombre... así cualquiera acierta (o no). Este último análisis también padece de una incertidumbre parecida. O sea, nada. Ganas de hacer ruido. El País no llevó a su portada el estudio de abril —no encajaba, quizás— pero sí este de junio, que es más conveniente para el gobierno español. En fin. Lo de las vidas salvadas en condicional es un gran qué. Trump también usa el mismo argumento.

LV

ME

ABC

LR

EP

EPC

EPA

AHORA