Primero lo primero. Merece un aplauso dar en portada la foto del campo de refugiados que arde en Lesbos, donde la gente de la Unión Europea tenemos encerradas a 12.000 personas. Todos los diarios la llevan salvo ABC, que hoy está sembrado, enseguida hablamos de eso. Los cuatro diarios de Barcelona lo dan de maravilla. Dirás que no sirve de nada. Pues sirve más que no publicarlo. Sirve para que nos avergoncemos de este tráfico de gente, para que lo recuerdes cuando votes o por si quieres escribir a tu eurodiputado/da, a ver qué hace, en qué diablos piensa, dónde tiene la cabeza (puedes encontrar la dirección de correo electrónico de tus representantes clicando aquí).
El caso Kitchen vuela impresionante, vertiginoso. Hoy está en todas las portadas, salvo la de El Punt Avui, que lleva dos días en la luna de Valencia con el tema y abre, como Ara, con la aprobación de la polémica nueva ley del alquiler, que pasa casi desapercibida en el resto. Kitchen, Kitchen über alles. La Vanguardia, El Periódico y El País explican que, entre julio de 2013 y septiembre de 2015, el gobierno de Mariano Rajoy hizo al menos 25 pagos con dinero público a los agentes encargados de boicotear la investigación judicial de la financiación ilegal del Partido Popular —también se encargaban de la Operación Catalunya.
No pienses que son pipas. Uno de los pagos asciende a 53.000 euros. Se abonaron al chófer de Luis Bárcenas para que robara documentos al extesorero del PP. El juez instructor afirma que uno de los paganos era el asesor de Dolores de Cospedal, entonces secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha —después fue ministra de Defensa—. La Policía piensa que la operación la coordinaba el entonces secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, la mano derecha del ministro Jorge Fernández Díaz.
El sumario también documenta que, en 2012, el entonces comisario Villarejo advirtió a Ignacio Cosidó, director general de la Policía, qué pasaría si lo destituían: "Di al barbas [Rajoy] que lo meto en la prisión a él el primero". Cosidó ganaría fama por los whatsapps en que informaba a senadores y diputados del PP que tenía controlada la renovación del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, y citaba al magistrado Manuel Marchena como futuro presidente de uno y otro.
Todo eso hará falta probarlo en la vista oral, ante el tribunal, naturalmente. Pero no pinta muy bien para los acusados, para qué engañarse.
El Mundo, qué les vas a explicar, pasa olímpicamente de la sustancia y las enormidades del caso y ofrece el título principal de portada a los acusados, que recriminan a Pablo Casado, actual presidente del PP, no haber tratado mejor al principal testigo de la acusación, el mencionado Martínez. Es decir, que el diario da aire a los que acusan a Casado de no haber sido más mafioso. Parece broma. Pero no lo es: es la información que el más ultra de los diarios de la derecha considera más importante, más que el gobierno español organizara una policía paralela para obstruir el funcionamiento de la justicia. La Razón parece arrepentido de lo que hizo ayer y lo lleva tan pequeño como puede.
¿Aparece Kitchen en todas las portadas? ¡No! Un diario resiste ahora y siempre a las noticias que perjudican al PP. Es ABC, que abre con un tema viejo, de hace dos o tres semanas. Denuncia que el Estado se apodera por decreto de los superávits presupuestarios de los ayuntamientos, que es como si el presidente de la comunidad de vecinos aparece un día en tu casa y se te lleva los ahorros, una especie de corralito a los municipios —dicho rápido. Sacar ahora de quicio un asunto resuelto hace quince días suena más bien a pocas ganas de coger el caso Kitchen por los cuernos, no sea que.
Viendo cómo se comportan, no es extraño encontrar gente que —muy injustamente— se pregunta si esos mismos diarios no eran parte de la trama para entorpecer la justicia y proteger a los corruptos.