Un escalofrío recorre el espinazo de las portadas de El Mundo y La Razón, dos de los tres diarios madrileños de la derecha. El pacto andaluz PP-Cs-Vox corre peligro. Ay, ay. (El otro diario del trío, l'ABC, escoge un enredo menor del Brexit para abrir su portada. Ya no sabes qué pensar del tabloide más monárquico, si se han quedado en la luna de Valencia o si esconden algún mensaje en clave gibraltareña o algo).

Es interesante el enfoque opuesto que hacen los otros dos. La Razón da voz al PP, que intenta paternalmente calmar a los de Abascal y riñe maternalmente a los de Rivera.

El Mundo se lo mira desde la perspectiva de Vox y parece que se queje de que PP y Cs ningunean a los ultras. Es una posición curiosa. Desde hace unos días, este diario se esfuerza en presentar a Vox como un partido más, tarea a la que su director —antes lo había sido de la edición andaluza— se afana con especial empeño en su última columna dominical, donde intenta justificar el comportamiento de Vox como un fenómeno perfectamente razonable. Se trata, dice, de un partido que representa "la cólera del español sentado". Está en dos columnas de llamarlo "el español emprenyat".

Este mismo diario publica en portada otro titular inquietante: "El TC se inclina por indemnizar a los presos preventivos absueltos". Y ahí lo dejo.

Abren también con la cosa andaluza La Vanguardia y El País, aunque desde otra perspectiva.

La Vanguardia aprovecha la zozobra andaluza para lavar la cara a Ciudadanos. Representaría que son el partido que aun conserva la decencia de pactar con Vox pero sin ceder a cualquier pretensión de los ultras. El PP sí habla, con Vox: es el encargado de amansarlos. ¿Por qué el diario más vendido en Catalunya se interesa tanto por el pacto andaluz? Primero porque le da la gana, que es la mejor razón. Eso no esconde la imagen benéfica que ese titular benévolo con Cs proyecta sobre la candidatura de Manuel Valls en Barcelona. Del sarao de Valls en la entrega del Premio Nadal, ni mu (en portada).

En El País, en cambio, parece que se hayan comprado una butaca en primera fila del show y presentan la situación como un combate entre el PSOE y Cs para ocupar el centro político. Que alguien que pacta con Vox sea presentado como un aspirante al centro político dice mucho de la imaginación de los que titulan y/o de su concepto de centro político.