Es muy fuerte la información con que El Periódico abre hoy su portada: Esclavos en Barcelona. Más todavía si se lee después la pequeña pieza, más abajo, donde avisa de que la política migratoria española se endurece. Uno de los efectos de una política basada solo en la restricción es el auge del mercado negro de inmigrantes y la consolidación de las redes mafiosas que trafican con ellos. La presión migratoria no cederá. Una de las consecuencias de todo eso es lo que explica ese diario, el único que —con Ara— se descuelga del resto, que insisten en hablar de la política de políticos. La portada de El Periódico es un toque de atención: mientras continúa el jaleo en las instituciones, la casa sin barrer. Para pensar.

Las portadas de la prensa de Madrid caen todas en la dinámica politiquera. Hay un contraste interesante entre los tres diarios de la derecha mediática y  El País, el diario progre. Este informa de un hecho más o menos inquietante. Ciudadanos acepta que Vox gane cargos en las juntas municipales de Madrid (un equivalente de los consejos de distrito de Barcelona). El PP y Cs gobiernan el Ayuntamiento gracias a un tripartito a la andaluza con Vox. Ya se ve que el acuerdo con la ultraderecha para obtener la alcaldía no les ha salido gratis.

Esta fusión fría entre las tres derechas, con regalías para Vox, parece que es alguna mona que es necesario vestir de seda, a la vista de las portadas de los tres diarios que sirven a este mercado. Da la impresión de que intentan disimularlo con más o menos gracia. El Mundo hace un trabajo más profesional y destaca que existe un sector crítico en Cs a quien no gustan las cesiones a los ultras. En fin. Cualquier periodista medio espabilado puede "encontrar" un "sector crítico" dentro de cualquier partido. En el caso que nos ocupa no se facilitan nombres y parece más bien que es un burbuja para no entrar al asunto que importa: qué precio paga Cs por el acuerdo con Vox.

ABC y La Razón tratan de arrojar caramelitos y dulces a su parroquia para tenerlos distraídos. El tabloide monárquico cae con todo el equipo en una trampa más vieja que calleja: el nuevo alcalde de Madrid quiere poner en marcha la candidatura de la ciudad a los juegos olímpicos del 2032. Dentro de catorce años. Catorce. Sería el cuarto intento tras los fracasos de 2012, 2016 y 2020, el del "relaxing café con leche". En fin. Si eso no es propaganda ¿cómo se llama? ¿Tomadura de pelo? La Razón prefiere vender otra narrativa: gracias a los acuerdos a la andaluza, Sánchez tiene ahora más difícil su investidura como presidente del Gobierno. Sí, claro. Y dos huevos duros.

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