Un día más de hecho diferencial en las portadas. Los diarios de Barcelona se dejan ir con el tema "El fin de la Covid se acerca", cada diario a su aire. La Vanguardia y El Periódico abren portada muy formalitos con el anuncio del plan de vacunación único que organizará y ejecutará el gobierno español —la vacuna tampoco entiende de territorios—, mientras que El Punt Avui y Ara dejan su espacio principal al plan de desescalada del Govern, como queriendo presionar para que se amplíe su alcance y se acorten los plazos.

Son primeras páginas tocadas de optimismo, aunque optimismo (o pesimismo) y periodismo sólo riman y basta. Siempre son un riesgo. Se nota que los jefes de los diarios barceloneses están de la pandemia hasta la coronilla y aun más de la vida anormal a que nos obliga. Un poco como todo el mundo.

El País, hoy, parece un diario de Barcelona. Sus dos asuntos principales son los mismos de La Vanguardia, de hecho (o al revés, da igual). Eso pasa a menudo y había que decirlo hoy aquí. Pero el resto de colegas de Madrid van todos a una y se añaden, como un manifestante más, a la protesta automovilística que ayer promovió la escuela concertada, que sale maltrecha de la Lomloe, acrónimo de la nueva ley de educación, también conocida como ley Celáa por el nombre de la ministra del ramo. A la mani se añadió ostensiblemente el liderazgo del PP, que vuelve a aplicar el viejo manual de los años en que Rodríguez Zapatero era presidente del gobierno español: reunir en la calle a los ofendidos por las leyes y por cualquier actividad del ejecutivo central.

Ya te puedes ir atando el cinturón porque las portadas de El Mundo, ABC y La Razón se transformarán en un militante más del PP, uno muy enardecido y enfadado, cuando menos hasta que se aprueben los presupuestos generales del Estado. Si es que se aprueban.