¿Asustado por la bola que dan ABC y La Razón a la manifestación de ayer en Madrid "en defensa del campo", etcétera? ¿O de la portada de ABC del viernes dedicada a los cazadores? Pues bienvenido a la campaña electoral. La explicación de todo la da en El País, en un reportaje sobre los 99 escaños que se repartirán en "la España vacía", las provincias de tres a cinco diputados. Hasta ahora se los dividían entre el PSOE y el PP, pero hoy los nuevos partidos pueden birlárselos a unos y otros. "A nosotros nos mata Vox con temas como los toros, la caza, las tradiciones, con eso que 'ya está bien que manden las mujeres' o la inmigración", explica al diario madrileño "un histórico del PP con muchas campañas encima", que se queja porque estos eran argumentos que tenían por inservibles. Vox ha hecho espadas de los arados y marca la agenda de la derecha española, también la mediática.

No solo de la derecha. Ayer, el PSOE bombardeaba —literalmente— las redes sociales con mensajes como estos:

En Barcelona, toda la prensa, fuera de El Periódico, pone en portada las burradas sobre Catalunya y los andaluces del presidente de la Junta de Andalucía. Juan Manuel Moreno Bonilla, que así se llama el hombre, se ha salido a medias con la suya en el papel, porque solo en Ara es la noticia que abre, y mejor en la web, porque La Vanguardia lo tenía anoche como primera información, aunque en la portada impresa lo lleva pequeño, como El Punt Avui. En la prensa de Madrid no le han hecho ni caso, seguramente porque para sus lectores no es ninguna novedad. Como dijo aquella, "porque sabemos lo que pasa en Catalunya".

Tiene gracia. Moreno, según El Mundo, es "el primer presidente catalán" de Andalucía. Nació en 1970 en la Maternitat, al lado del Camp Nou. Vivió dos meses en Esplugues de Llobregat. Los Moreno regresaron a Málaga, de donde venían, porque su madre "estaba harta de estar con los catalanes y quiso volverse", explica "entre risas" su tío Juan al mismo diario.

En el reportaje, Moreno dice también: "Yo no me siento catalán pero es evidente que tengo una vinculación especial con Barcelona y con Catalunya y eso hace que mire aquella tierra con muchísimo afecto". Recuerda que su padre le explicaba "historias felices de Catalunya", donde creció profesionalmente, se compró una casa y nacieron sus dos primeros hijos... "Mi padre se integró bien, hablaba catalán con facilidad y era fácil incluso oírle expresiones en catalán en casa: 'Cierra la puerta', 'Tráete una naranja'...".

Los diarios de Barcelona siempre caen en la misma trampa. De hecho, caen en ella los catalanes en general, porque les gusta más gustar que tener razón y a menudo confunden una cosa con la otra —dicen— quizás porque les parece que tienen que hacerse perdonar ser como son o porque les sabe mal que eso se vea como una diferencia. Al padre de Moreno le fue bien en Catalunya, tanto que aprendió la lengua, que suena a que le habría gustado quedarse, como hicieron cientos de miles de sus paisanos. En fin. Los catalanes nunca acaban de aprender. Aznar también hablaba catalán en la intimidad... y ya ves.