La dimisión de Yolanda Díaz al frente de Sumar esconde el renovado entendimiento independentista en Catalunya con la elección de Josep Rull como presidente del Parlament con los votos de Junts, ERC y la CUP. Pocos fenómenos políticos inquietan más en Madrid DF que la unidad soberanista. Las portadas madrileñas de este martes son un embrollo conceptual. Sus autores han tenido que sudar la gota gorda para integrar uno y otro acontecimientos —no tienen nada que ver— y fabricar con ellos un solo obús contra Pedro Sánchez, la especialidad del Trío de la Bencina y, últimamente —es muy difícil seguir escondiéndolo— también de El Periódico, que mantiene un tono más sereno, eso sí, y separa ambos hechos más o menos. No tanto como El País, desde luego.

ABC presenta la elección de Rull y la dimisión de Díaz como la cara y la cruz de la misma moneda: Sánchez no puede sostener su coalición parlamentaria, que se resquebraja. Su gobierno hace aguas. El PSC es incapaz de impedir que los separatistas vuelvan a ir del brazo. Tiene gracia como titula la cosa catalana. Bajo una foto de Salvador Illa, dice: "Puigdemont arrebata al PSC la presidencia del Parlament", como si esta magistratura fuera propiedad de los socialistas —que no la ocupan desde 1999. El Mundo señala aún con peor educación: "Illa... permite a Junts tomar el control del Parlament". La Vanguardia también titula con un deje de mala leche, en este caso pinchando a Esquerra: "ERC facilita que Junts se quede la presidencia del Parlament". El "facilita" y el "se quede" incluso suenan vulgares. Parece que hable del reparto del botín. De la repartija, como dicen en algunos países de América Latina.

Libération es el diario francés de "la izquierda transformadora", como algunos intrépidos llaman al espacio más allá de los partidos socialdemócratas. Es un diario comprometido con causas como el cambio climático, la economía circular, los servicios públicos, la renta universal, los feminismos, los migrantes, el Tercer Mundo, el pacifismo, etcétera. Engagé y enragé. Este martes, Libè publica una portada-pancarta donde unas enormes letras blancas sobre fondo rojo dicen: Faire front populaire. Construir el frente popular. Es una consigna sesentista, deudora de la coalición antifascista que ganó las legislativas de 1936 —igual que en España. El subtítulo de Libé hace un llamamiento abierto: "Tras el shock por los resultados de Reagrupamiento Nacional y la disolución de la Asamblea [el legislativo], es necesario que la izquierda se una para impedir que la extrema derecha llegue al poder. Es una responsabilidad histórica".

En 2022, la izquierda francesa —incluidos los socialistas— ya se presentó reunida en la coalición Nupes (Nueva Unión Popular, Ecológica y Social). Lo que ahora pide el diario es repetirla y que sus diputados se mantengan en un solo grupo parlamentario y no como hasta ahora, divididos según su origen partidario. Todos los diarios de Barcelona y Madrid publican en portada la dimisión de Yolanda Díaz como coordinadora de Sumar, que nació excluyendo a Podemos —un gran en el cuello del PSOE— y resulta que por separado no funciona. Empatan a nada, como diría un comentarista deportivo. En las elecciones europeas en Catalunya, por hablar de este vecindario, Podemos ha obtenido más votos que Comuns-Sumar. Quizás la portada de Libération pueda darles alguna idea.

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