El nombre de Emilio Morenatti quizá no te diga nada y la culpa es tuya. Morenatti es un fotoperiodista excepcional que trabaja para Associated Press, la mayor agencia de noticias del mundo. Es el jefe en España y Portugal, pero no esperes encontrarlo en un despacho. Él siempre dice que le gusta el conflicto. En Gaza lo secuestraron. En Afganistán sobrevivió a un atentado en el que perdió un pie. Emilio circula ahora muchísimo por Barcelona, donde ha hecho fotos colosales y discutidas.
Hoy también. Hoy es suya LA foto de la campaña electoral. El País la lleva en portada. Se ve al, digamos, Salvador Illa de la fe —la cara sonriente y confiada de los carteles— y al Salvador Illa de la historia —solo, acompañado de sillas vacías, a media luz, en una especie de escenario desolado y desolador, cabizbajo, con ademán de resignación. De lejos parece mirar la hora a escondidas, típico gesto maquinal que descubre la propia impaciencia o manifiesta el deseo de que alguna cosa termine. Es el brutal contraste entre la ilusión de la campaña y la realidad cruda de la política. Una foto formidable, espléndida, magnífica. Leer el título del diario y mirar la foto. O ni leer el título. Como decía un veterano periodista escocés, a veces los títulos son inútiles. Menos mal que El País no imprime versión en catalán, porque el título resultaría de lo más chocante: El independentismo ailla Illa. Ailla Illa.
El Periódico abre su portada con el mismo asunto. Pero sin LA foto y con título más embarullado, más espeso. Los dos diarios progres tenían cierta esperanza en la jugada maestra de Pedro Sánchez de relevar a Miquel Iceta por el ministro de Sanidad. Parece que les ha disgustado el pacto entre independentistas, el "no con Illa" que El Punt Avui pinta en portada como una bandera al viento. Las primeras de El País y de El Periódico tienen un toque de desánimo, una aire vago de aflicción.
Quizás no hay para tanto, no lloren. La partida es larga. Un diario que lo entiende es La Vanguardia, que no ha querido abrir la portada con el aislamiento de Illa y lo lleva por abajo con un titular más positivo, sin dar aun la batalla por perdida, como queriendo pasar el rastrillo en favor del candidato que les cae mejor —pero sin exagerar, que es La Vanguardia. Habla de "voto útil", concepto que esta campaña se ha asociado más al mundo indepe —si es más eficaz que mande ERC o que lo haga Junts— y que el diario, en cambio, vincula a la división entre independentistas (o separatistas, o secesionistas, o...) y unionistas (o constitucionalistas o españolistas, o...). Ara también se lo mira más o menos, con actitud de a las penas puñaladas. Tampoco da fuerza en portada al caso Illa y, como La Vanguardia, promueve una pieza sobre la covid-19. A las penas, pandemia.
Un par de notas sobre otros diarios madrileños. El Mundo está a muy pocas portadas de decir que Pablo Iglesias desayuna cada mañana uno o dos niños asados. Si la ironía te parece demasiado gore, echa un vistazo a las primeras páginas de esta semana. No descartes acusaciones todavía más creativas. Es inagotable la imaginación y fantasía de los que se dedican a cometer portadas en ese diario. También atención al inefable ABC, que lleva en portada la foto de una conferencia o similar de la que son protagonistas Felipe González, Ignacio Sánchez Galán (presidente y CEO de Iberdrola), Miguel Arias Cañete y, en pantalla, Margaritis Schinas, vicepresidente de la UE por el PP. La España Moderna y de Futuro. Entusiasmo desbordante. OK boomer.