El trío de diarios de la derecha impresa madrileña parece que ha encontrado hoy un relato para las elecciones al Parlament del 14-F: Son unas elecciones tan irregulares que, si el resultado no les gusta (y es inevitable que así sea), dirán que las de Maduro en Venezuela son más limpias. La narrativa comienza a construirse hoy, con este jaleo de títulos porque uno de cada cuatro llamados a acudir a las mesas electorales ha recurrido para no ir. No es atrevido suponer que les asusta la pandemia. En fin. Tienen todo el derecho a recurrir. Las razones que aleguen las verá la Junta Electoral que toque, que decidirá si las acepta.

Peeeeero los diarios mencionados —son de conspiración fácil— lo explican de forma que parece que en Catalunya hay una revuelta secreta contra las elecciones. ABC habla "de insumisos electorales", ni más ni menos, que es como llama a los ciudadanos que se han acogido al imperio de la ley y al estado de derecho para reclamar que los sustituyan en la mesa electoral. Caray. Al tabloide monárquico quizás no le gusta que la gente ejerza sus derechos. En fin, que estamos a una o dos portadas de que los consideren terroristas electorales y nos expliquen que se trata de una conjura la promueven los independentistas pérfidos y desleales (o sea, todos) a través de sus terminales sociales, como los CDR, los colegios de médicos, Oriol Mitjà y los científicos que, desde el extranjero, han urdido una trama diabólica para impedir que el constitucionalismo venza ahora que lo tenía a huevo, etcétera, etcétera.

Este relato, que también abona El Mundo, es el remedio a la lumbalgia permanente que les supone que ninguno de los tres partidos que les hacen tilín pueda llegar al Govern ni sumar un puñado relevante de diputados. Ir con los perdedores no complace a nadie y este cuento de los "insumisos electorales" encaja de maravilla en su estilo buscabroncas y tiramierda.

Esconder a Bárcenas y Rajoy

También les viene de perlas para no hablar de las declaraciones de Luis Bárcenas, el extesorero del PP que acusa a Mariano Rajoy de saberlo todo sobre la caja b del partido y de destruir las pruebas. Sobre este punto es gracioso ver cómo El Mundo, el diario que hizo públicos los mensajes de Rajoy a Bárcenas, se pone ahora de perfil e intenta esconder un escándalo que contribuyó a investigar y difundir —y que le costó el puesto al director fundador del diario, Pedro J. Ramírez.

Pero, a ver: ¿Es o no es un problema que tantos se nieguen a componer la mesa electoral que les toca? Claro que sí. Es una dificultad —quién puede negarlo— pero no una conspiración. La portada de La Vanguardia es un ejemplo de como puedes explicarlo con hechos y sin fabricar una paranoia conspirativa, ni equiparar a los vecinos asustados por la enfermedad con unos saboteadores o unos terroristas. No sólo es más juicioso lo que hace el diario barcelonés, sino que era la manera más fácil de abordarlo. Quizás el problema no lo tienen las elecciones del 14-F, sino los diarios, especialmente ABC, que se abonan a los juicios de intenciones y a los complots de pacotilla.

ABC

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LR

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