Todos los diarios, incluidos los de Barcelona, ven las elecciones a la asamblea regional de Madrid de este martes como una primera vuelta de las elecciones generales que, según el pronóstico de buena parte del kommentariat, se celebrarán el próximo otoño. Sólo El Punt Avui habla de "la batalla de Madrid". El Periódico dice que se decide la política española y también La Razón —otra coincidencia entre ambos diarios—. La Vanguardia lo decía este lunes —hoy se repite— Ara, este domingo. El País hace hoy lo mismo al resumir el argumento de los comicios en una elección entre dos modelos de sociedad, título de repertorio que sirve para casi cualquier elección española (y mundial) desde 1979. No pasa nada. Todos tenemos un mal día.
El tertulianato dice que esa situación favorece tanto al PSOE —porque ya se habrán vacunado dos tercios de la ciudadanía y el dinero europeo ya fluirá— como al PP —porque los resultados de Madrid le favorecerán y, por tanto, tendrán listo un relato, una narrativa, un cuento y una cosa que les permitirá decir que vuelven a ser partido de gobierno, que pactar con Vox no es tan malo y etcétera—. Win-win, pues, para el bipartidismo dinástico nacionalista.
El Trío de la Bencina se frota las manos en portada hoy con la seguridad de que ganarán los suyos. Para ellos ha sido una campaña muy larga: desde el mismo día que se sabía que gobernaría el PSOE con Podemos (los comunistas) y el apoyo de los soberanistas de todo pelo (etarras, separatistas, provincianos...).
La misma canción
Las semanas y meses que vienen sonará la misma canción. De hecho, ya suena. Hoy en su "segunda portada" de página 2, ABC hace un título que tiene una mala leche simpática: "Bruselas no sabe si el plan publicado por Sánchez es el que les ha enviado", en referencia a las reformas de fondo que la UE exige al estado español si quiere recibir los fondos de reconstrucción. Es una maldad como una catedral, porque Bruselas no necesita comprobar nada: el plan bueno es el último que tienen y el resto propaganda o borradores.
Las semanas que vienen también habrá que estar atento al juicio de la caja b del PP, asunto interrumpido y silenciado oportunamente estos días de campaña. También a las diversas bolas y engaños con que el entorno de la derecha querrá enfangar la política, como la tontería de las cartas con balas, que ha servido al trumpismo/ayusismo para promover en las redes sociales una campaña de descrédito del voto por correo. Los mismos cuentos que Trump y los suyos promovían y que, sirve recordarlo, acabaron con el asalto al Capitolio del 6 de enero. No cambian ni una coma. Las balas de las cartas eran sólo una excusa, por mucho que se indigne Pablo Iglesias, que cayó en la trampa como tantos medios de comunicación.