Las portadas de los diarios de Barcelona abren con el manifiesto de una veintena de entidades catalanas, que piden un nuevo modelo de financiación autonómica. El manifiesto habla de tres opciones: un modelo federal como el de Estados Unidos, un pacto fiscal parecido al concierto vasco y navarro, y una reforma a fondo del actual modelo centralizado de participación en grandes impuestos, solidaridad obligatoria y gestión finalista de transferencias. La pinta de esas primeras páginas es de una cierta frialdad administrativa, empezando por la de La Vanguardia, que en otros tiempos habría entrado en vibración a cinco columnas —a toda plana— y este miércoles se queda en dos. Es una portada infrecuente en este diario, es decir, que se ha buscado contener un tema que no tenía más remedio que vender en primera página, porque cuando "el mundo económico catalán" "insta" a algo, La Vanguardia se cuadra y saluda. Las otras tres columnas las ocupa el caso Koldo, o más bien una magnífica fotografía —otra— de Dani Duch, que retrata a la ministra María Jesús Montero con el dedito levantado en el Senado, adonde este martes se trasladó la juerga política española.
El Punt Avui no dice ni mu de la cosa en portada. O más o menos, porque la aborda por la declaración del Govern, que reclama al gobierno español 5.029 millones de euros por incumplimiento de inversiones presupuestadas entre 2015 y 2022. El Periódico habla de "clamor empresarial". Esta expresión ha dejado de significar nada, igual que los verbos "avisar", "exigir", "reclamar", "denunciar", "estallar" y otros por el estilo, que han quedado vacíos de tanto utilizarlos para intensificar títulos donde correspondería poner "decir", "declarar", "afirmar" o similares, que es lo que en realidad hace la mayoría de la gente que sale en las noticias.
Ara dice que el mundo empresarial exige, etcétera. Caray. El diario lo presenta como una "unión histórica", adjetivo reservado hasta ahora a algunas victorias del Barça y, sobre todo, a los acontecimientos de masas que la gente independentista protagonizó la pasada década. El epíteto también se ha degradado mucho y no solo —ni principalmente— porque el Barça no carbure. Ambos diarios consideran la reivindicación del "mundo económico catalán" la principal noticia de portada. Todo suena a trámite, a acto matinal del día de fiesta mayor para entretener a jubilados y a niños —la competición de bolos, las carreras de sacos...— mientras el resto del pueblo todavía duerme tras una larga noche de baile. Bien. Se ha cubierto el ritual anual típico de reivindicación de una nueva financiación, que se rige por un modelo que caducó... en 2014.
Las portadas de Madrid siguen ardiendo con el caso Koldo. El Trío de la Bencina va intercambiando posiciones, como los buenos extremos. Este miércoles, la presidenta del Congreso y expresidenta de Baleares, Francina Armengol, recibe palo en El Mundo. El martes le había tocado en el ABC, diario que hoy habla de la conexión venezolana de toda esta confusión, que era tema de El Mundo de ayer. La Razón sigue hurgando en la interna del PSOE —una técnica muy suya— con un título de portada donde afirma que Santos Cerdán, el secretario de organización del partido, "entra en la lista negra" —cosa que no se puede saber— y otro donde asegura que Francina Armengol "no convence a su partido" —tampoco se puede saber. El País intenta salvar la cara del gobierno de Pedro Sánchez abriendo con la destitución de un alto cargo de Puertos del Estado por su relación con la trama presuntamente corrupta. Como queriendo decir que, en este gobierno, quien la hace la paga, que no les tiembla la mano contra los suyos, bla, bla, bla. ¿Y "las exigencias" del "mundo económico catalán", qué? Connais pas.