Solo El Punt Avui abre portada con el informe de la comisión Pegasus del Parlamento Europeo. Y mira que es gordo: confirma que el estado español espió a 65 líderes políticos y de la sociedad civil catalana de manera injustificada; que Citizen Lab es una fuente creíble y no motivada políticamente, y la falta de colaboración del gobierno español en la investigación. El Ara dice algo en primera página... con la boca pequeña. ABC también, pero acusa a Marruecos y no menciona el Catalangate. El resto de diarios impresos de Barcelona y los otros tres de Madrid, mudos.

Este silencio otorga. Demuestran la misma sensibilidad por los derechos civiles y políticos de los disidentes que ha manifestado el estado español, una actitud consistente con su complicidad con lo que la comisión Pegasus explica. Periodismo de Estado. Algunos incluso desacreditan el informe, El País el primero: "muy criticado por la falta de pruebas y poca solidez"; "utiliza casi exclusivamente recortes de prensa y el informe de Citizen Lab". Era eso o señalar que si las autoridades españolas hubieran colaborado, el informe habría sido más preciso y sus recomendaciones más adecuadas —en beneficio de todos los ciudadanos.

Es admirable. Quizás le concederían autoridad si entre los "recortes de prensa" figuraran los de El País o los de La Vanguardia, El Periódico, ABC, La Razón o El Mundo. ¿O es que ellos no se consideran prensa? Les habría servido algún recorte del diario progre madrileño, que en diciembre de 2012 hizo la portada con los tejemanejes de la policía patriótica, a dos pasos de lo que documenta la comisión Pegasus del Parlamento Europeo. Del Catalangate, vaya. Eran otros tiempos. El informe no merece la atención de los diarios porque sería reconocer su protagonismo en la fabricación del relato que hace del independentismo catalán una nueva ETA, del 1-O un golpe de estado y del procés, "violencia ambiental".

No les hace ruido ninguna de las afirmaciones de la comisión Pegasus, como que España no ha podido demostrar que los independentistas "fueran una amenaza inminente para la seguridad nacional o la integridad del Estado" —cosa que, mirándolo bien, deja en muy mal lugar a los líderes del procés y al propio procés. Tampoco la falta de sentido y proporcionalidad que atribuye a espiar a las 18 personas para las que el CNI obtuvo autorización judicial, dado que "no se han presentado cargos contra ninguno de ellos" a consecuencia del espionaje. De alguna manera, el informe cuestiona aquí al juez encargado de autorizar el espionaje del CNI. Nada de eso es importante para las portadas.

Convengamos que a los seis diarios mudos no les haga gracia poner en evidencia su colaboración con la represión del independentismo. Pues el informe tiene otros asideros noticiosos en sus recomendaciones —que aún debe aprobar el pleno del Parlamento Europeo—. Una exhorta a los estados donde ha habido casos Pegasus a que apliquen "algunas reformas" para respetar "completamente" los derechos fundamentales y para hacer de la "seguridad nacional" una razón más clara, transparente y acotada para evitar abusos. ¿A qué país le duele mejorar las garantías de los derechos y libertades?

Al estado español en concreto la comisión Pegasus le pide que emprenda "una investigación completa y a fondo" sobre el Catalangate y que garantice el acceso a la justicia a los afectados. También insta a Europol a trabajar con las autoridades españolas para agilizar y aclarar el espionaje, una alusión a las 47 víctimas no reconocidas por el Estado. Incluso les ofrece la posibilidad de poner un título que hace quedar bien a España, cuando afirma que dispone "de un sistema judicial independiente y con bastantes garantías". Ni eso ha motivado a las portadas del periodismo de Estado. Será porque tienen la cola de paja. Lástima.

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