Es notable, aunque ya lo sepamos todos, cómo cada diario se retrata en las portadas de inicio de campaña electoral. El Mundo de este viernes es genial. En una contorsión malabar de ideas y de lenguaje —una cosa va con la otra, claro— combina en un solo título de 12 palabras las elecciones, las medidas del Gobierno contra la sequía y la cotidiana manía del diario con EH Bildu, que es su código para aludir a ETA sin decirlo, porque ETA se acabó hace más de una década. Todo para embadurnar al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Parece uno de esos chistes de las redes sociales en que alguien desafía a otro a un imposible aparente y este responde "¡Sujétame el cubata!".
El País, menos original, pone el dedo en la llaga en un subtítulo: muchos ayuntamientos en las grandes ciudades se decidirán en los márgenes, sea porque una pequeña diferencia de votos será decisiva, sea porque los partidos en los extremos del arco político condicionarán el acceso al poder de los partidos grandes, de los partidos "de gobierno", como se les llama. La Razón abre con una nota parecida, acotada a su público: el PP lucha por obtener resultados que le permitan soltar el brazo de Vox. "El yugo de Vox", dice el diario.
Tres portadas no abren con el arranque de la campaña electoral de las elecciones municipales y las autonómicas en el País Valencià y Madrid. En el caso de ABC tampoco se nota mucho porque hace meses y meses que la primera página es, en general, un póster del Partido Popular. Es curioso, sin embargo, que sea el día del inicio de la campaña oficial, el momento adecuado de hablar. También es posible que la segunda edición del diario hable y que la primera —la que normalmente se muestra en esta pieza— sea un relleno circunstancial.
Ya puestos, siempre se puede salir como El Punt Avui, por ejemplo, con una primera página indeterminada y genérica, que sirve, cambiando las fotos, para cualquier elección. Otro diario que rebaja las elecciones en portada es El Periódico. Era más o menos previsible. Hace meses que da la impresión de que el diario edita la primera página de manera contraintuitiva o alternativa a lo que todo el mundo esperaría, para contrastar con los otros diarios o presentarse con temas diferentes a los que la edición digital ya ha cubierto el día entero.
La Vanguardia tampoco tiene las elecciones como tema principal. No es que deba tenerlo, Dios nos libre de imponer nada. Se hace extraño, sin embargo, si consideras la alternativa. El Periódico ha preferido la sequía a las elecciones. Todo el mundo puede entender esta decisión editorial. Es fácil de defender: los candidatos son unos pesados, los hemos oído cien veces, las campañas influyen poco en la decisión de voto, etcétera. Pero es que La Vanguardia abre portada con la oferta de Pedro Sánchez al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, de contratar mil migrantes latinoamericanos. ¿Mil? Es como soplar en caldo helado, como dicen en el País Valencià. Los últimos dos días, más de 22.000 migrantes han atravesado la frontera sur de los EE. UU. ilegalmente, según datos obtenidos por The New York Times. La policía fronteriza tiene en custodia a otros 10.000 más. La propuesta de Sánchez es nada. Humo. Parece postureo. Cualquier otro tema de los que lleva el diario en portada tiene más gracia y más peso que ese y carece del riesgo añadido de excitar sentimientos peligrosos.
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