Las portadas de los diarios españoles, incluido alguno editado en Barcelona, vienen hoy furiosas, encendidas. Tienen cara de dolor de estómago. Será que les ha caído como una patada en el estómago la decisión de la presidenta del Tribunal de Apelaciones de Sassari, magistrada Plinia Azzena, de dejar en libertad a Carles Puigdemont sin cautelares. Los cuatro diarios de Madrid no tienen más remedio que decirlo en e título principal, claro. En compensación, se contorsionan para esconder que el gran derrotado en este asunto es el Tribunal Supremo, que ya ha fracasado cuatro veces en tres países (Bélgica, Alemania, Italia) en el intento de extraditar al President exiliado. El magistrado Pablo Llarena ha vuelto a hacer un papelón. Peor, al Supremo no lo ha defendido nadie, porque la onorevole Azzena no hizo más que seguir la petición de la misma fiscal italiana, onorevole Gabriella Pintus, que no veía razón para no dejar a Puigdemont en libertad. Quizás eso es lo que escuece a los diarios: que la actuación judicial española sobre el 1-O capota cada vez que se valora en un tribunal europeo, incluso el de una provincia insular y desfavorecida como Sassari, de 350.000 habitantes. Fuera de España, la justicia española siempre pierde. En los diarios deben pensar que la UE, los gobiernos, las embajadas, los corresponsales... pueden dudar de la buena fe de la justicia española con el independentismo, y cuestionarse si los que hablan de represión judicial no tienen un punto. Si a todo eso le sumas el espectáculo habitual de los dos grandes partidos, PP y PSOE, y de las asociaciones de jueces y fiscales enzarzados como gatos en medio de Bruselas porque hace tres años que el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional no se renuevan... No es lo que los italianos llaman fare una bella figura.
El Mundo, cómico; El País, ridículo
Las cabriolas de las portadas madrileñas son variadas. La de El Mundo es la más cómica. Resulta que la culpa del fiasco es del... (...badabum-tsss!…) gobierno español como responsable de la Abogacía del Estado, a la que el diario acusa —sin pruebas— de haber informado equivocadamente a la justicia europea de que las euroórdenes contra Puigdemont y otros quedaban desactivadas mientras se resuelven las prejudiciales formuladas por Llarena, etcétera. Es que ni leen su diario. Ayer el corresponsal en Bruselas explicó punto por punto, con documentación precisa, la ingeniería jurídica del asunto. De la información se deduce de que las posibilidades de extraditar al presidente eran remotas, entre otras razones, porque la suspensión de las euroórdenes es, justamente, el motivo por lo que el Tribunal General de la UE rehusó el recurso de Puigdemont contra la restricción de su inmunidad parlamentaria. No sufra que no lo detendrán, que España ha suspendido las euroórdenes, viene a decir el tribunal.
El País es la más ridícula. Puigdemont es libre peeeeeero "deberá volver al juzgado sardo en octubre", como si fuera una gran losa que recae sobre "el huido a Bélgica". Pues no. No tendrá que volver porque la onorevole Azzena dice en el auto que puede declarar telemáticamente desde donde quiera y que si no se presenta, archivará el caso. Ya ves. Quizás no lo han leído, no leen lo que les desagrada o han perdido la hoja donde la jueza lo explica. Vete a saber. ABC hace lo mismo, como queriendo hacer ver que Puigdemont es libre peeeeeerò aun tiene un procedimiento pendiente en Italia. Digamos que no querían dar un disgusto a sus lectores, aunque sea a costa de engañarlos. La Razón toca el violín en el título y habla del "laberinto judicial", que viene a ser como "dejémoslo, es muy complicado y nos haremos daño". Da la impresión que tiene ganas de pasar página y dejarlo correr.
Las portadas de Barcelona
La primera de El Punt Avui tiene un tono entre festivo y guasón y moja pan con el Tutto bene! del título. Ara es más sobrio, con un deje de satisfacción. La Vanguardia, cicunspecta, con un punto de frialdad. Conociéndole la antipatía por Puigdemont, parece que ese "...y podrá volver a Bélgica" del título sea una señal de deseo contenido de decir "no salgas más de ahí y deja de fastidiar" —porque el hombre puede volver a Bélgica o ir adonde quiera, salvo a España, que en este caso no respeta la ley. La portada más triste es la de El Periódico, que presenta la justicia española "librando otra batalla con Puigdemont", como si el caso siguiera vivo y como queriendo vestir de héroes a Llarena y al Supremo. ¿Qué batalla? ¿Alude a la cita para octubre en L'Alguer? Ya son ganas de engañar a la gente. Habría sido más fácil decir que la justicia española ha vuelto a perder la batalla, como el mismo diario explica muy bien en los subtítulos, que contradicen el título principal. Ojo, que contorsiones como esta de la "batalla" te pueden romper la columna vertebral.
En fin. El problema es de los mismos diarios. Lluís Bou —inclinemos nuestras cabezas— lo retrata en esta pieza, donde dice: "Siempre tiende a repetirse el mismo esquema: detención, euforia desbocada en Madrid, revés judicial, y derrota política". Bien explicado, Lluís.