Pedro Sánchez es un político con suerte. De repente, tiene razón cuando decía que era “el fango contra la democracia”, etcétera. La razón se le ha dado la facundia salvaje del presidente de Argentina, Javier Milei, con su comentario de casa de citas en el aquelarre ultra Europa Viva 24, convocado por Vox en Madrid. En un abrir y cerrar de ojos, los cinco días de reflexión de un presidente del gobierno español “profundamente enamorado” ya no pueden ser el hazmerreír de nadie que no quiera ser confundido con un presidente extremista y lenguaraz que difunde trolas y acusaciones falsas o dudosas. Milei tiene cuentas pendientes con el actual gobierno español. Sánchez, la vicepresidenta Yolanda Díaz y tres ministros socialistas han lanzado pedradas gruesas contra el mandatario argentino. El peor —no se podía saber— Óscar Puente, el titular de Transportes, al insinuar que Milei consumía “sustancias” —que se drogaba, vaya— en un acto en la Universidad de Salamanca. Se medio excusó después y el gobierno argentino dio por cerrado el incidente.

Sea como sea, Milei le ha hecho un buen trozo de la campaña de las elecciones europeas a Sánchez, y las portadas de los diarios de este lunes lo certifican. No todas. El Mundo titula cargando contra el presidente del gobierno español, como si fuera el causante de la confusión: “Sánchez abre una crisis diplomática por los ataques de Milei a su mujer [la de Sánchez]”. Tampoco hay que extrañarse de que el tabloide ultra ejerza de tabloide ultra. ABC toca la misma música, sin personalizar: “El gobierno [español] abre una crisis diplomática con Argentina por los insultos de Milei”. Uno y otro diario pretenden que el gobierno español se ha ofendido fuera de medida ante una crítica agria. La Razón no ha osado acompañar a sus colegas de trinchera, que juegan a favor de Milei, y titula al revés (“Milei provoca un conflicto diplomático al atacar a Sánchez”), como para hacerse perdonar que, este viernes, el diario del Grupo Planeta organizara la presentación del libro de Milei El camino del libertario, que edita… Planeta. El resto de diarios explican el incidente señalando al jefe del Estado argentino como causante.

Sería interesante conocer —seguramente lo sabremos este mismo lunes— la reacción de los empresarios que recibieron a Milei el sábado. El País publicaba la foto del encuentro en su portada del domingo. Encabezados por el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, aparecen el presidente de Iberia, Marco Sansavini; los consejeros delegados de Banco Santander, Abertis y Econener, Héctor Grisi, José Aljaro y Luis de Valdivia, respectivamente; el vicepresidente primero de Mapfre, José Manuel Inchausti; el responsable de BBVA para América del Sur, Jorge Sáenz de Azcunaga; el presidente ejecutivo de Telefónica Hispam, Alfonso Gómez; el director general de redes de Naturgy, Pedro Larrea, y también Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y director gerente de alianzas estratégicas de Consello Group, una firma de inversiones. También acudieron ejecutivos de AB Living, DÍA, Pypsa, Rothschild y Unir, según un comunicado de la embajada de Argentina. Milei calificó el encuentro de “fabuloso”.

La cobertura del encuentro ultra en los medios de comunicación no era inevitable. Hace once días, InfoLibre, un digital progre, explicaba en un reportaje por qué en las regiones de Valonia —la parte francófona de Bélgica— y Bruselas no hay un solo concejal ultra. Son las únicas regiones de la Unión Europea donde la extrema derecha no obtiene representación política. “Las condiciones para que estén son las mismas que en las regiones vecinas de Francia o Alemania, pero no aparecen, no existen, no están, nadie los ve”, dice el reportaje. Una de las causas es el boicot absoluto de los medios de comunicación a todo cuánto partido, entidad y grupo ultra desde los años ochenta del siglo pasado. “Ningún medio de comunicación acude a las ruedas de prensa de los pequeños grupúsculos de extrema derecha que sacan la patita. Sin aparecer en los medios, su actividad se limita a las redes sociales, pero su impacto es menor porque el gran público no conoce a sus dirigentes”, explica InfoLibre. Quizás en España es demasiado tarde para ponerse. O quizás no, y a la extrema derecha hace falta confrontarla y derrotarla en debates públicos para evitar que se victimice. Quizás solo hay que dejar de blanquearla como un partido normal más. Es un debate que aún no se ha hecho o se ha hecho mal. Quizás todavía estamos a tiempo.

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