Se hace extraño que la decisión de Jordi Cuixart de no aspirar a un segundo mandato al frente de Òmnium Cultural no aparezca en portada si eres un diario que se edita en Barcelona. Es complicado comentarlo, porque es fácil confundir la valoración que aquí se hace de una u otra portada con una indicación arrogante sobre cómo debía hacerse. No es eso. Cada diario edita su portada como le apetece y hace muy bien, porque es aquí donde se la juega. Se la jugaba, mejor dicho, porque los diarios impresos están más acabados que el oxígeno en la Luna. Sea como sea, El Periódico ha decidido que el pase a la reserva del, digamos, líder social del independentismo catalán no era de primera página y, en cambio, el relevo de la delegada del Gobierno, sí. Obviamente no se trata de un despiste ni de un error, está claro. Es una decisión que ayuda a entender el actual carácter del diario, a menudo desconcertante y exótico. La Vanguardia lleva ambas noticias en portada y destaca más el relevo de Teresa Cunillera por Maria Eugènia Gay que la renuncia de Cuixart. Es notable. De la portada de La Vanguardia seguramente no hay que sacar muchas consecuencias, entre otras cosas porque en las elecciones al Colegio de Abogados de Barcelona de junio de 2021, que Gay volvió a ganar, el diario no escondió cuál era su preferencia, quizás porque la otra lista con opciones era más sensible al mundo independentista. La ganadora —y algunas figuras del diario— levantó entonces la bandera de la necesaria "neutralidad" política de instituciones como el Colegio, como queriendo decir que sus rivales pretendían instrumentalizar la corporación profesional. En este contexto, tiene gracia que haya sido indicada para el cargo por el PSC, que la considera "figura emergente", según La Vanguardia. La emergente Gay contra el decreciente Cuixart.

De los diarios de Madrid es de justicia comentar este sábado que El Mundo explica en primera página que el riesgo de los no vacunados de acabar en el UCI es entre 11 y 32 veces más alto que los de los vacunados. Es de justicia porque enmienda la frivolidad del otro día de presentar al tenista serbio Novak Djokovic, un millonario antivacunas, como una víctima en su pleito contra Australia, que tiene todo el derecho a defender la salud de sus ciudadanos por los medios que les parezcan bien. También es destacable el final de la semana horribilis de Podemos en la derecha impresa madrileña, que los ha perseguido por tierra, mar, aire y portada. Al principio de la semana le tocó recibir al ministro de Consumo, Alberto Garzón. Hoy reciben la Ley de la Vivienda, atribuida a Podemos, de la que se dice que está mal hecha, etcétera, y el nuevo ministro de Universidades, Joan Subirats, que ha aludido muy tímidamente a "algún tipo de consulta" sobre la reforma del Estado. El Mundo se le echa encima en el titular principal, acusando a Podemos de "reactivar el referéndum", bla, bla, bla. Es un duro marcaje al hombre: no pasan la pelota ni el jugador.

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