Dos años y nueve meses después de celebrarse la última Conferencia de Presidentes, Pedro Sánchez convocó a los jefes de los ejecutivos españoles a una cumbre que se celebró este viernes en el Palau de la Magdalena de Santander, presidida por el rey Felipe VI, con muchas carpetas sobre la mesa: la financiación autonómica, con la sombra del acuerdo de la financiación singular pactada entre el PSC y ERC para hacer presidente Salvador Illa; la vivienda, la migración, con la distribución de menores migrantes no acompañados, y la sanidad. Pero la expectativa que rodeaba la reunión contrastó finalmente con el resultado. Ningún acuerdo concreto, encuentros incómodos (como el de Sánchez y la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso), discrepancias, reproches y enfrentamientos dialécticos (como lo que protagonizaron Illa y la misma Ayuso) y la sensación generalizada que el encuentro fue infructuosa, estéril y sirvió de bien poco. Pero la noticia no fueron los acuerdos o consensos, sino el conejo del sombrero de copa que se sacó Pedro Sánchez: el presidente español anunció que el próximo mes de enero convocará una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera para negociar que el Estado asuma parte de la deuda autonómica (FLA).
Catalunya, la más beneficiada, y eso escuece
Las portadas centran su atención de manera generalizada en esta Conferencia de Presidentes, y la propuesta de la quitación de la deuda es lo más ha llamado la atención, además del fracaso y la falta de acuerdos en los temas que estaban inicialmente sobre la mesa. Aunque todas las comunidades se verían más o menos beneficiadas por esta decisión del Gobierno de Sánchez, lo que escuece es que Catalunya sea la que saldrá más beneficiada, como denuncian algunos presidentes, como la misma Isabel Díaz Ayuso o el díscolo socialista Emiliano García-Page. Al ser el territorio más endeudado, el gesto del Gobierno supondría una condonación de unos 15.000 millones de euros. La propuesta, además, forma parte de los acuerdos pactados con ERC y que ahora Pedro Sánchez quiere convertir en un café para todos en un intento de "calmar las autonomías", como interpreta La Vanguardia en su titular de portada o, dicho con las palabras que utiliza La Razón, "para romper el frente común contra el lagar catalán".
El País destaca que "Sánchez y los barones abordan sin acuerdo los grandes desafíos", y con respecto a las intenciones de Sánchez de negociar la condonación de la deuda de las autonomías, afirma que "también en este asunto el consenso está lejano". El Periódico, por su parte, titula que "Sánchez ofrece la quitación de la deuda en una cumbre sin acuerdos", y el diario Ara escribe que "Sánchez abordará la condonación de la deuda en enero", y también resalta que Illa contrapone su modelo de "solidaridad a la deslealtad fiscal" de la comunidad madrileña", y en este sentido, añade que "Ayuso acepta perdonar parte de la deuda del FLA en el caso del País Valencià por la DANA".
Financiación solidaria e insolidaridad fiscal
Y en este tema colateral que denunció Illa, la defensa de su modelo de financiación solidario frente a la "insolidaridad fiscal" que practica Ayuso en Madrid, es donde ha puesto el acento El Mundo, que ve una estrategia política detrás. "Sánchez supedita la financiación a acabar con el modelo Ayuso", titula el rotativo madrileño, quien sostiene una teoría por la cual el nuevo plan del presidente español "busca limitar la competitividad de Madrid al delimitar espacios fiscales de cada nivel de gobierno". El Mundo también destaca que "en su primera cita con las CCAA en tres años, promete una quita de deuda forzada por el pacto con ERC".
La reunión 'fantasma' entre PSOE y Junts
Y con respecto al ABC, habla directamente de "doble fracaso de Sánchez: ni perdón en Suiza, ni intercambio en Santander". El diario conservador es el único que toca en su portada la reunión entre una delegación del PSOE y Junts, con Puigdemont, celebrada en Suiza, en la que tampoco se dio ningún resultado. Y lo más curioso es que tampoco los diarios catalanes hablan de esta reunión en sus portadas, ni los dos diarios principales, La Vanguardia y El Periódico -aunque fue el diario que avanzó el encuentro-, ni tampoco el Ara o El Punt Avui.
