Ningun eco en las portadas del Trío de la Bencina de la disposición de Alberto Núñez Feijóo a promover una moción de censura después de las elecciones europeas si el PSOE las pierde. Se hace raro por dos motivos y medio, cuando menos. Uno es que los tres diarios suspiran por expulsar a Pedro Sánchez de la Moncloa desde que se instaló su gobierno ilegítimo en coalición con el comunismo bolivariano y el apoyo del separatismo y del terrorismo, etcétera. El gobierno de la anti-España. La otra es que la declaración del presidente del Partido Popular es en sí misma un notición para el público de El Mundo, ABC y La Razón, que debe estar interesadísimo en conocer los planes del líder político del partido sénior de la derecha-derecha española. Por no decir que, además, este señor del que se habla es el mismísimo líder de la oposición. Un atractivo más para informar de la intención de Feijóo es que debería hacerlo con Vox, una apuesta que cae bien en los tres diarios, especialmente en El Mundo.

Pero ahora es cuando la matan. El PP también necesitaría el apoyo de Junts para que prosperara la moción y Feijóo no se ha privado de decir que, según cómo, a él no le daría frío contar con la gente de Carles Puigdemont si se trata de echar a Sánchez. Ay, Feijóo. Eso sí que no. A Junts, ni agua. El Trío de la Bencina no pasa por esa puerta. El drama es que si cosas así se dicen en un mitin en la simpática aldea de Caspiñón, parroquia de Santa Marta de Moreiras, municipio de Pereiro de Aguiar, provincia de Ourense —por tomar un sitio al azar— solo te escuchan veintiún habitantes, once mujeres y diez hombres. Pero todo es más difícil de esconder si vas y se lo dices a Susanna Griso en Espejo Público, uno de los programas estrella de Antena 3, que —encima— es la televisión con más audiencia de España. Todo ha acabado tomando un aire de españolada de serie B porque, además, Feijóo ha hablado de sumar los votos de Junts poco antes o después de quejarse de que en España "se hará lo que diga Puigdemont", que tiene a Sánchez de rehén, etcétera. Puigdemont con el PSOE, caca. Puigdemont con el PP… bueno, hablemos.

A Feijóo, de vez en cuando, se le escapa algún comportamiento moderado —como cuando propuso pactar la composición del Consejo del Poder Judicial, por ejemplo— y tiene una cierta inclinación por Junts, como una nostalgia. Se podría llamar una especie de "síndrome del Majestic". Cada vez que el Feijóo de 2024 hace de Feijóo de 2005 y quiere salir de la agenda y el guion de la derecha extrema, una armada mediática le revienta la movida y él, a quien de momento no se le conoce mucho coraje, es incapaz de aguantar el tirón y se dobla. Este martes, los diarios han optado por hacerlo desaparecer de las portadas, como un ratero de calle que disimula silbando y mirando a otro lado, o el policía que no quiere lío y dice a la gente que circulen, que no ha sido nada. Las elecciones están cerca y no conviene gritar. Por el mismo motivo, esconden la foto de la nueva presidenta de México, la progre Claudia Sheinbaum, para no dar ideas. Por suerte de Feijóo, el Real Madrid ha anunciado el fichaje de Kylian Mbappé, noticia que llega con siete años de retraso, pero que ha servido de alfombra para esconder a Feijóo debajo.

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