La jornada feminista del 8 de marzo abre muchas portadas y en algunas solo asoma la nariz. Esta última opción no parece del todo irrazonable, en vista de que los diarios que se lo toman en serio tratan el acontecimiento con primeras páginas que podrían perfectamente publicarse el año que viene o que habrían hecho un buen papel el año pasado. Si te dicen que las portadas de El País, de El Periódico o de ABC son del 2023 o del 2022 podrías creértelo sin problemas, porque reproducen los mismos tópicos de siempre: las divisiones entre el feminismo, la brecha salarial entre hombres y mujeres, etcétera. Al menos, la jornada ha servido para ahorrarnos el enésimo episodio de la guerra de relatos sobre el caso Koldo o la ley de amnistía. Es un descanso.

Ara y La Vanguardia coinciden en otorgar el título principal a la iniciativa de abrir un corredor humanitario marítimo en Gaza, que promueven dos oenegés, World Central Kitchen y Open Arms, con el propósito de suministrar alimentos a los palestinos atrapados en la guerra que libran Israel y Hamás desde el 7 de octubre de 2023. El Punt Avui dedica el tema principal a las personas mayores. ¿Significa todo esto que el 8-M pierde fuerza? Quién sabe. Cuando menos, puede decirse que no es un asunto tan popular en las redacciones de los diarios que aquí se comentan y que, en consecuencia, algunos lo consideran una cuestión secundaria a la hora de editar la portada. Los especiales y los despliegues de páginas sobre la condición de la mujer publicados este jueves no tienen continuidad este viernes, o no tienen en todos los diarios.

El único diario que no afloja en sus manías es El Mundo, que se ha especializado en el estudio demoscópico de los votantes socialistas, a los que ha dedicado un buen puñado de portadas este año, quizá más que La Razón, el otro diario que publica a menudo encuestas sobre el mismo grupo de población. Este viernes, el tabloide ultra dice que cuatro de cada diez votantes del PSOE se arrepienten de serlo. Lo acompaña con las tradicionales declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, Emilio García Page, el dirigente socialista que siempre está de guardia para confirmar lo que agrada al Trío de la Bencina. Siempre dice lo mismo. La gracia de Page es que es lo bastante ambiguo para no aparecer como un anti-Sánchez a la vez que deja que se le interprete como una alternativa a la actual directiva socialista. Él siempre podrá defenderse diciendo que lo han malinterpretado.

La Vanguardia
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El Periódico
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El Punt Avui
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El País
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El Mundo
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ABC
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La Razón
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