La Vanguardia y El Mundo interpretan del mismo modo la confusa respuesta de Pedro Sánchez a la pregunta del periodista de TVE de si participará en la mesa de diálogo y negociación entre el Govern y el gobierno español. Uno y otro diario coinciden en decir que Sánchez acudirá a Barcelona este miércoles como deferencia a sus aliados de ERC (aliados de Sánchez, se entiende). Es una manera tan simpática como cualquiera de salirse por la tangente porque, como gesto hacia los republicanos, podía haber enredado menos la ampliación del Prat, por ejemplo. Las portadas de la prensa impresa de Barcelona y Madrid no saben aún si la participación consistirá en presidir la mesa o estar como el miembro de mayor rango de la delegación, digamos española, o si saludará antes al presidente Aragonès y se marchará, o qué. Cada diario interpreta el vago anuncio de Sánchez como mejor le parece o más rabia le da. El Periódico y El Mundo dicen que "presidirá" la mesa. La Vanguardia y La Razón que "asistirá" y este último diario aprovecha la ocasión para inventarse una revuelta en contra (otra) del PP, del PSOE y de esos entes mitológicos llamados "barones autonómicos" (¿quién deben ser?). El País prefiere decir en el título que "irá" y en el texto que "encabezará la delegación del gobierno central". Ara, más listo, dice que se encontrará con Aragonès y, en un subtítulo, que no queda claro si se sentará a trabajar con sus ministros y los delegados de la Generalitat.

Sánchez ha saltado de esconder la bolita de su presencia en Barcelona a dejar en el aire cuál será su grado de compromiso con la mesa. Los ministros que ha escogido para acompañarlo son de segunda y tercera fila institucional y política salvo el de la Presidencia —quizá eso es señal de que no se quiere quedar y deja a su escudero político al frente de la delegación. El presidente español también ha dicho que hay que hablar de los asuntos donde "nos podemos entender", en alusión a aquellas listas crecientes de agravios del tiempo de los presidentes Mas, Puigdemont o Torra, de los que se ocupan otras instancias bilaterales. Un poco ya lo dice El Punt Avui en su contundente título. El trío de la bencina —y el resto también— ha perdido una magnífica oportunidad para decir que no hay que sufrir, que Sánchez ha hecho de esta mesa un tigre de papel, sin dientes, garras ni cola.

También tiene gracia la bola que dan los diarios al plan para atenuar el varapalo colosal de la factura de la luz. El País y El Periódico los que más. Parece que a Sánchez le ha ido bien hacerse el Robin Hood que arranca beneficios a las pérfidas eléctricas ("se lo pueden permitir") para repartirlos entre la gente. Las explicaciones que ha dado en la entrevista han sido un tanto confusas y él mismo parecía que no había memorizado muy bien lo que le habían explicado: repitió el sonsonete de los beneficios desorbitados, de los precios internacionales incontrolables, de la intervención en la tarifa del gas y se le escaparon algunas incoherencias, como llamar "una fuente de energía" al CO2. Mientras hablaba de "recortar beneficios" a las eléctricas y de más rebajas fiscales, se ha sabido que habrá que rehacer toda una serie de regulaciones para templar la cabalgada del precio de la luz. No hay ni un diario que diga que de todo eso es responsable el mismo Gobierno español, que al regular la nueva tarifa eléctrica no pensó en las consecuencias y ahora tiene que poner muchos parches y perder 1.400 millones de recaudación fiscal para rebajar la factura un 15%.

LV

ME

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