Hoy toda la fiesta está en las portadas de los diarios de Madrid. Es el tercer día consecutivo que Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, las protagoniza, y por acontecimientos que no son poca cosa. Hoy porque se ha confirmado que la Audiencia Nacional declara ilegal el cese por "pérdida de confianza" del jefe de la Guardia Civil en Madrid, Diego Pérez de los Cobos, el hombre que dirigió la represión del 1-O. La sentencia deja la cara como un mapa a Marlaska. El magistrado Celestino Salgado concluye que "el motivo de la decisión discrecional de cese era ilegal", porque si De los Cobos hubiera accedido a las órdenes de Interior habría cometido "un ilícito penal", como es informar sobre una instrucción judicial en curso. En plata: Marlaska pedía a De los Cobos que cometiera un delito. La destitución es "un claro ejercicio desviado de la potestad discrecional" de nombrar y destituir cargos de confianza. Etcétera, etcétera. Marlaska es también juez, en concreto el juez con más sentencias tumbadas en Europa por infracciones de derechos humanos. Seguro que se da cuenta de que su colega moja pan.

Llueve sobre mojado. Hace dos días, Marlaska fue pillado resucitando la "patada en la puerta", concepto alusivo a la ley de seguridad ciudadana de 1992 (en 2015 fue sustituida por la "ley mordaza" del PP) que facultaba a la policía a entrar en tu casa sin autorización judicial si los agentes sospechaban que se cometía un delito. La promovió el ministro José Luis Corcuera, del PSOE. La parte de la patada fue declarada anticonstitucional. Marlaska, muy hábil, había firmado una orden ministerial autorizándola de estranjis, y la policía ya la ha aplicado al menos en dos casos, aunque los inquilinos, como mucho, apenas cometían una mera infracción administrativa. Es curioso y triste comprobar que pasan los años y las pulsiones de los ministros del Interior, sean del PSOE o del PP, son las mismas: otorgar más poder y discrecionalidad a la policía en perjuicio de los derechos y libertades de los ciudadanos. ¿De dónde sacan a esta gente?

Los diarios también mojan pan, especialmente el trío de la bencina. El Mundo sigue la primicia que publicó ayer y lleva un título buenísimo ("Marlaska purgó a Pérez de los Cobos por cumplir con la ley"). El título describe un hecho crudo y limpio, prueba de que no es necesario titular —como hace casi cada día— con interpretaciones dramatizadas o juicios de intenciones indignados para mostrar la importancia o la gravedad de la noticia. También prueba que no se les ha olvidado titular bien. Además, al ladito, lleva la cosa de la patada en la puerta. Una primera que el ministro puede enmarcar.

Lástima del "purgar". ABC también lo usa, en un titular más cerril. A ver, purgas, lo que se dice purgas, eran las de Stalin, con miles de detenidos, asesinados y deportados. Fuera de este contexto, si hablas de "purga" es que quieres exagerar. La Razón no grita pero igual se equivoca al describir la conducta de De los Cobos como "no colaborar con el gobierno [español]", que no es lo que pasó. Lo que pasó es mucho más grave. El País no se atreve y opta por hacer quedar mal a la nueva ministra de Sanidad con un título también buenísimo, por contundente y por cómico: "Sanidad busca como eludir su propia ley de las mascarillas". La Vanguardia abre con el mismo tema —pero sin chispa. En fin. Esta semana ha sido de pasión para el gobierno español, en consonancia con el tiempo que celebra la iglesia católica.

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