Los diarios de este martes ofrecen poca o nula información sobre el porvenir del Govern. Solo El Periódico aporta un detalle mínimo: el PSC está dispuesto a ceder la presidencia del Parlament a cambio de la investidura de Salvador Illa, ganador de las elecciones de este domingo. La mitad de las portadas apuesta por el único hecho destacable de este lunes: la renuncia de Pere Aragonès a seguir en política. Las fotografías del presidente de la Generalitat en funciones son la imagen de las portadas de La Vanguardia —la más triste de todas: un plano americano de Aragonès cabizbajo, medio despeinado—, del Ara, de El País y de El Punt Avui. Es la imagen de la soledad y del abandono, que confirma el dicho, atribuido a Napoleón: la victoria tiene cien padres pero la derrota es huérfana. Las fotos de portada de El Punt Avui y del Ara lo hacen muy patente. La Vanguardia añade que Esquerra Republicana “redobla su no a Illa” y seguramente es más fiable que el título de ABC que afirma que Oriol Junqueras se ha puesto al frente del partido —¿no lo estaba ya?— y no descarta investir al candidato socialista.

El resto de títulos y subtítulos de las portadas no saben decir más que vaguedades y especulaciones, al margen de las declaraciones de los partidos y de sus líderes al día siguiente de las votaciones, siempre enfáticas, contundentes y sin un gramo de duda. El Mundo por ejemplo, mantiene su línea tradicional de periodismo de fantasía y afirma que Sánchez regalará el pacto fiscal “para aplacar a Puigdemont”, frase que evoca los sacrificios de las religiones primitivas para apaciguar a sus dioses. También dice que Sánchez cumplirá sus promesas. Además, recupera Tabarnia de la buhardilla mental del españolismo de faria y carajillo, y atribuye a 273.936 votos emitidos en las áreas metropolitanas de Barcelona y Tarragona “la debacle independentista”. Es un análisis de cartón piedra, pero seguramente sirve para pasar mejor el rato y no exige tanto trabajo.

Lo único que se sabe a ciencia cierta es qué Salvador Illa y Carles Puigdemont presentarán su candidatura en el Parlament. Como las sacarán adelante, ningún diario lo explica ni da ninguna pista. El País dice que la investidura del presidente exiliado “es inviable” sin explicar por qué —inviable, ahora mismo, solo es Rodalies, literalmente. El Periódico lo explica mejor y califica de “especulación” el propósito de Puigdemont de sumar 55 votos entre los tres partidos independentistas, descartando los de Aliança Catalana. El País también da título a una frase de Pedro Sánchez que recuerda la actitud chuleta que se gastaba con el independentismo antes de pactar los votos de Junts y de Esquerra para su última investidura. “El perdón tiene un efecto sanador”, dice el presidente del gobierno español, reincidiendo en la manía de considerar el independentismo como una enfermedad y a los independentistas como unos tarados antisociales que necesitan cuidado, tratamiento, terapia.

Se echa de menos una presencia más notable de la confusión en Rodalies. La Vanguardia, El Periódico y Ara compran sin más el relato gubernamental que hace correr el, digamos idiosincrático, ministro de Transportes español, Óscar Puente, que culpa a los Mossos de no vigilar bastante porque en Catalunya se roba la mitad del cobre de las vías de todo el Estado español. Tiene pinta de cuento, como el falso rayo que dejó fuera de servicio durante unas semanas la línea R2 sur, entre otros pésimos antecedentes. Pero todos los diarios se ponen en fila india a recoger y difundir la versión de Puente, que no es más que una sospecha que, mira por dónde, lo exonera de toda responsabilidad a él, a Renfe y a Adif. El Periódico aun publica una fotografía-postal donde se ve a los usuarios a la estación de Badalona. Es alguna cosa. En fin. Renfe sabe cómo se hace. Solo en 2022 gastó 11,1 millones de euros en publicidad.

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