Cuando el ejército de Putin bombardeó el centro comercial Retroville de Kíiv, el gobierno ruso alegó que allí se escondía un arsenal del ejército de Ucrania. No era verdad. Ayer enviaron un par de misiles a la estación de Kramatorsk, en el Donbás, donde esperaba un gentío para huir de la región a la que se ha trasladado el grueso de la ofensiva rusa, tal como había pedido el presidente Zelenski. Hay más de 50 muertos. Si esto no es un asesinato, ya me explicarás. La portada estaba hecha desde primera hora de la mañana, pues. Todos los diarios lo han entendido perfectamente. Cualquiera que sabe alguna cosa de periodismo se ha dado cuenta de que la noticia del día era aquella y eso es lo que ves hoy en las primeras páginas de todos los diarios. Las fotos de Ara, El Periódico, El País, El Punt Avui y La Vanguardia lo muestran y demuestran. Esos cinco diarios han escogido una imagen de poco después de la masacre en la estación y no la de Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Josep Borrell, Alto Comisionado de Asuntos Exteriores de la UE, que han visitado Kíiv y se han acercado a Bucha para ver los cadáveres de los asesinatos por la insania del ejército ruso en retirada. Esa foto en Bucha viste las portadas del Trío de la Bencina. Es curioso el reflejo de unos diarios y otros al escoger la imagen principal de portada. ¿Qué importa si los dos mandatarios europeos han ido a Bucha si había una prueba fehaciente de la mala fe de los agresores rusos a 500 kilómetros de distancia? Habría sido bueno ver por el ojo de la cerradura la discusión de los jefes de redacción que se han decidido por las imágenes más institucionales en lugar de publicar las de la noticia del día.

La otra curiosidad del día respecto a las portadas es que no hay casi ni rastro de la tercera condena al Partido Popular por beneficiarse de la trama Gürtel. La primera condena motorizó la moción de censura que hizo saltar al gobierno de Mariano Rajoy. La tercera sentencia condena al PP a pagar 204.198,64 euros y a 36 años y 11 meses de prisión al exalcalde de Boadilla del Monte, también del PP. Dice que el PP y el grupo de Francisco Correa, conseguidor y alma de la red de corruptos. actuaron en una "dinámica de beneficio mutuo". Con una cierta lectura de la Ley de Partidos, el PP podría pasar por una organización tanto o más peligrosa que los partidos prohibidos y cancelados gracias a la mencionada ley, aprobada para impedir la participación en las elecciones de los diversos brazos políticos de la banda terrorista ETA. El PP, hoy, ha tenido la suerte —perdona la grosería— de que el ejército de Putin haya cometido ese asesinato de civiles indefensos en Kramatorsk. A ver si este fin de semana algún diario acaba de explorar la condición del PP, que los jueces han confirmado (y condenado) como beneficiario de las redes de corrupción investigadas en los casos Púnica y Gürtel. A una entidad, así ¿cómo describirla? ¿Banda? ¿Mafia? ¿Cuadrilla?

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