La decisión ayer era abrir la portada de hoy con la crisis entre Rusia y la OTAN en Ucrania o con la crisis del Partido Popular, que se debatía entre Vox 'sí', Vox 'no' en Castilla y León. Finalmente se decidieron por Vox 'ni'. De entrada, no quieren saber nada de ellos en Castilla y León y presentarán en el parlamento regional a Alfonso Fernández Mañueco a la presidencia "para obligar a todos [los partidos] a retratarse", según la portada de La Razón. También va por aquí El Mundo en su título principal, categórico: Casado "cierra la puerta" a gobernar con Vox. La cosa es que si el PSOE no se abstiene, Mañueco no tiene nada. Los socialistas han puesto un precio casi prohibitivo a su abstención: que el PP rompa los acuerdos con Vox allí donde gobiernan juntos y reconozca que la ultraderecha es un peligro para la democracia. Por aquí enfocan la noticia El Periódico y El País. Es pedir mucho, porque eso compromete a Madrid ciudad, Madrid región y Andalucía —donde querían adelantar las elecciones como en Castilla y León y ahora creen que no hace falta.

Es bonito que la constitución del gobierno de una comunidad autónoma que suma el 5% de la población española comprometa tanto al Madrid ciudad y al Madrid región, joyas de la corona del PP y emblema del turboMadrid, el proyecto aznarista para España que ahora gestiona Isabel Díaz Ayuso, la presidenta madrileña. Ninguna portada especula hoy pero la más perjudicada aquí es ella. No solo porque promueve los pactos con Vox y los ha recomendado al castellano Mañueco. También porque obligaría a la abstención permanente de Vox en la asamblea regional de Madrid, ofrenda a la cual el partido ultra no está muy dispuesto, dado que lo condenaría a dimitir de la política y a hacer un papelón ante sus votantes. Además, el caudillo voxer, Santiago Abascal, ya ha dicho que quiere hacer valer el peso de su partido y ha pedido a Mañueco la vicepresidencia, las mismas carteras que tenía Ciudadanos y la derogación de las leyes de Género y de Memoria Histórica.

Es un momento emocionante. Como decía una periodista madrileña ayer, las contorsiones de algunos tertulianos para blanquear a Vox según la comunidad donde ha pactado con el PP son entrañables. Si es con Ayuso, bien. Si es con otros, meh. El Trío de la Bencina, que seguía esta línea, diciendo que tanto monta monta tanto el PP como Vox, que son dos caras de la misma moneda, etcétera, es hoy mucho más prudente en las portadas. Incluso El Mundo, el más favorable al acuerdo con los ultras según la receta Ayuso, ha bajado un par de marchas. Estos periódicos también han dejado de vender la narrativa de que quien lo tiene mal es el PSOE y de que la fórmula Ayuso es la buena. La Vanguardia decía ayer que Ayuso volvía a desafiar a Casado. Este postureo, a la lideresa, le ha durado menos de 12 horas. Hoy, el periódico de la Diagonal titula con claridad: Casado rechaza acuerdos Vox por miedo a perder más elecciones. A ver cuánto le dura —a Casado, se entiende.

Dicen las portadas que Rusia retira tropas desplazadas a la frontera con Ucrania, que eso es un signo de distensión, desescalada, llámalo B. Rusia hace circular que aceptaría la independencia del Donbás, región ucraniana de mayoría rusohablante que hace 8 años es rebelde gracias a la ayuda de... Rusia. Quizás es el cromo que quiere Vladímir Putin.

Entre Castilla y León y Rusia, del discurso del presidente Aragonès nunca más se supo en las portadas. Ni de la decisión del Tribunal Supremo de confirmar la orden de la JEC de arrebatar el escaño al diputado cupaire Pau Juvillà, ni de la teoría sobre el independentismo de Pedro Sánchez, ni del aplazamiento sine die de la mesa de diálogo. En las portadas de los diarios, Catalunya ha retrocedido ya incluso al estado de antes de la reforma del Estatut. El proyecto importante es ahora ayudar para que las máquinas —incluidas los tostadores, esperamos— entiendan el catalán. Depende de ti, solo de ti. El Estado está ausente de todo eso, claro, y la Generalitat pide tu ayuda. Entre todos lo haremos todo.

La Vanguardia

El Periódico

El Punt Avui

Ara

El País

El Mundo

ABC

La Razón