Pocas veces las portadas de los diarios monopolizan una información como ha sucedido este miércoles 26 de junio, el día después de que el PSOE y el PP hayan conseguido, con la mediación de Bruselas, un pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y reformar la Ley Orgánica de Poder Judicial, poniendo fin a cinco años y medio de bloqueo de su renovación por parte del PP. Un pacto del cual tanto el partido del Gobierno como el primer partido de la oposición sacan pecho, pero que, aparte de Sumar, el socio del partido de Sánchez, no ha convencido a la mayoría de las fuerzas políticas del Congreso de los Diputados. Ni a los partidos independentistas que sostienen la legislatura, Junts, Izquierda, Bildu y el PNV, ni tampoco a las izquierdas (Podemos), ni a las ultraderechas (Vox). PSOE y PP se han repartido las sillas, diez vocales del consejo para cada uno y el acuerdo también contempla que las decisiones y los nombramientos a partir de ahora requieran una mayoría reforzada de tres quintas partes. Ahora los nuevos miembros del CGPJ tendrán que presentar en seis meses una propuesta de cómo se tendrán que escoger los vocales del órgano que rige la judicatura del Estado. Es curioso que lo que más destacan los firmantes del pacto es la despolitización que consigue, acabando con las puertas giratorias entre judicatura y política. Pero los partidos de la oposición, excepto el PP, consideran que este pacto es del todo político, porque lo que han hecho los dos grandes partidos, con el acuerdo considerado como el "primer pacto de Estado", como titula El Periódico, ha sido un "reparto de poderes", como lamentan Esquerra y Junts.
El País hace un titular principal muy plano en su portada, sin ninguna intención política: "Fin al bloqueo judicial", y destaca que el Gobierno y la oposición acuerdan una lista de vocales para el CGPJ, que el nuevo Consejo hará una propuesta en seis meses sobre el sistema de elección; que el tráfico entre la política y la justicia requerirá esperar entre dos y cinco años y que la larga parálisis del órgano había sumido en la precariedad en los tribunales. Pero hay que ir al editorial, para saber la opinión del medio afín al gobierno de PSOE y Sumar: "Es una buena noticia para la justicia, para la reputación de la democracia española y también para el Gobierno de Sánchez y el PP de Feijóo, que consiguen el primer gran pacto de Estado en un asunto central. Hace falta agradecer que los ordeñadores del acuerdo, el ministro Félix Bolaños y el eurodiputado popular Esteban González Pons, evitaran ayer cualquier reproche público". Visto para sentencia.
En El Mundo, cargan la responsabilidad de las consecuencias del pacto en la UE, que será como una especie de policía que "vigilará la despolitización de la Justicia después de ceder PP y PSOE". Dicen que "hay razones para temer" que este acuerdo quede en "papel mojado", pero que Bruselas ha asumido el papel de "garante" de un acuerdo que consideran "probablemente, el menos malo de todos los verosímiles". El pacto suscrito por Félix Bolaños y Esteban González Pons en presencia de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourová, "constituye una exhibición de bipartidismo y estabilidad sistémica desconocida durante la última década, marcada por la fuerte polarización política y la desconfianza entre los dos partidos. Los independentistas quedan fuera y también Sumar, como todos los extremos en izquierda y derecha", destaca en su editorial el rotativo conservador. De la misma manera, l'ABC considera el pacto "de alto riesgo" y cree que el peligro de este riesgo "no radica en el contenido del acuerdo, sino en la escasa credibilidad de Pedro Sánchez, y esta es la responsabilidad que ha decidido asumir sobre sus hombros Alberto Núñez Feijóo". Y La Razón, por su parte, hace como El País, pero por el bando contrario, destacando las bondades de lo que consideran "un gran acuerdo en favor de la Justicia".
