Los termómetros llegan a los 40 grados y las portadas también queman ahora que Corinna Larsen ya tiene fecha para declarar ante el juez por las cuentas suizas del emérito, por el ultimatum de Quim Torra de un posible confinamiento en diez días si las cifras de contagios no bajan y por el desastre a que se ve sumido el sector turístico ante la incapacidad del gobierno de Pedro Sánchez de poner freno a las recomendaciones hechas por gobiernos de la UE para no viajar a destinos catalanes y españoles.
Vamos por partes. La mayoría de diarios que nos encontramos hoy en los quioscos recogen la imputación a la examante de Juan Carlos I en una de las incontables causas contra el excomisario Villarejo. Todos excepto La (monárquica) Vanguardia, que mantiene su particular cordón sanitario en defensa de los inquilinos de la Zarzuela, y el Ara, que hace, otra vez, como que este tema no va con ellos. Por contra el tridente mediático de la derecha española, se abona con diferente intensidad. Corinna Larsen se merece hoy la portada póster de ABC, que hoy ya no puede mirar hacia el otro lado. Por el contrario El Mundo apunta más arriba y asegura que es ahora Moncloa quien apremia a Felipe VI a apartar a su padre para pactar los presupuestos. Pero no sufran por el emérito, que ya tiene quien le pague el alquiler. Sus amigos están dispuestos a aportar el dinero que haga falta para que siga viviendo en España (como si no tuviera) y se ofrecen a conseguir hasta DOS MILLONES de euros para alquilarle una vivienda (¿se tratará de un palacio?) en una zona residencial de Madrid. ¡Qué buenos amigos tiene el emérito! ¡Cuántos favores le deben deber!
Fracaso diplomático
El otro protagonista del día es, una vez más, Pedro Sánchez y su manifiesta incapacidad para poner freno a las restricciones que llegan desde Europa para los turistas. La respuesta del Reino Unido a la petición de levantar las restricciones ha sido recomendar que no se visite ni Balears ni Canarias, mientras otros gobiernos amplían la lista y recomiendan no viajar a Barcelona. El desastre diplomático es manifiesto. Todo un fracaso. En medio del lío, sale Fernando Simón y asegura que desde el punto de vista sanitario lo mejor que nos puede ocurrir es que no vengan los británicos. La polémica esta servida: ¿salud o economía?
Y mientras el sector turístico se hunde con anulaciones y pérdidas en la bolsa, incapaz de ver cómo salir del pozo, cada día que pasa sumamos más contagios, lo que ha llevado al presidente Quim Torra a lanzar un duro ultimátum del que se hacen eco todas las cabeceras editadas en Catalunya. Si no se actúa con responsabilidad (mascarilla/distancia/lavado de manos) y en diez días no se da un vuelco en la suma de contagios, volveremos a la situación de marzo. Vaya, que nos pueden volver a confinar. La cosa está que quema.