Muchos nervios y mucha cólera exhalan las portadas del Trío de la Bencina a propósito de la iniciativa del gobierno español de romper el bloqueo del Poder Judicial a la renovación del Tribunal Constitucional. El Mundo abre de par en par con un título que es más bien un editorial que una información y dedica el editorial y diez páginas, que incluyen cinco columnas firmadas, a aullar y quejarse por las iniciativas de la Moncloa que suman la reforma del sistema de elección de los magistrados del TC, la derogación de la sedición y la rebaja de penas por el delito de malversación. El tabloide ultra lo presenta como si Pedro Sánchez, con esas medidas, se cargara la democracia. ABC da una cosa parecida, con menos potencia verbal, aunque habla "de acoso" al Poder Judicial y de "forzar un paseo" en el TC.
La Razón guarda un poco más las formas y lo explica en formato noticia: los vocales del Poder Judicial del PP se oponen a los cambios que promueve el gobierno español. No dice "vocales del PP" sino "vocales contra la reforma", cosa que hace el título todavía más cómico. Porque, a ver ¿qué quieres que hagan los "vocales contra la reforma" sino oponerse a la reforma? Es lo que pasa cuando no quieres decir las cosas como son: que te enredas y acabas haciendo el ridículo en portada. También puede ser que los diarios, durante este puente, hayan quedado en manos de gente menos experimentada y su poca maña haya perjudicado a las portadas.
Las terminales impresas de la derecha y la ultraderecha españolas mantienen la misma agenda desde el principio de la actual legislatura: deslegitimar el gobierno de Pedro Sánchez por el hecho de que ha llegado al poder y se mantiene en él gracias al apoyo de lo que consideran la anti-España: los separatistas (Izquierda, el PNV...), los comunistas (Unidas Podemos) y los terroristas (Bildu). La derecha valora estos partidos como gente enemiga, infiel y renegada y se ha llegado a creer tanto su canción, que ahora, cuando el gobierno ejerce, bien que mal, se resienten y tildan la acción ejecutiva y la legislativa de perjudiciales y tóxicas.
En cambio, los diarios que miran por el ojo derecho al actual gobierno central dan a la cosa un tratamiento más noticioso, del que se escapa un aroma de satisfacción. El Periódico, La Vanguardia o El País no hablan del desmantelamiento de la democracia ni aluden a la presunta tiranía de Pedro Sánchez. Hablan de "desbloqueo" o de "romper el bloqueo", de "reforma exprés" y "de ofensiva legal" —todo conceptos positivos— e incluso de ayudar a ERC, como dice El País, que en portada no concreta qué quiere decir exactamente "ayudar" o cuáles son las ayudas concretas que los republicanos reciben como consecuencia de la aprobación de este paquete de reformas legales. El drama de unos y otros —sobre todo, para los diarios de Madrid, que apenas si llegan a 10.000 ejemplares diarios de venta en Catalunya— es que se dedican a explicar qué les parecen unas reformas del contenidos de las cuales a duras penas han informado.