Lees las portadas de este martes —casi todas abren con el lío de la reforma del delito de sedición— y la claridat brilla por su ausencia. Los diarios catalanes se agarran al argumentario del Govern y de Esquerra Republicana como una boa a su presa y exprimen la esperanza de que finalmente pase alguna cosa buena, pero ninguno de ellos sabe explicar cuál es el punto de la negociación entre ERC y la Moncloa y cuál es la posición de cada bando. Al final no sabes qué demonios pasa ni donde estamos. La Vanguardia titula con una contorsión que hace estallar la cabeza: los tratos para renovar el Consejo General del Poder Judicial van adelante "pese a" a la disputa sobre el delito de sedición. El PP ya ha hecho saber que han desvinculado una y otra negociación, si hacemos caso a El Mundo. Si creemos a El Periódico o a Ara, el gobierno español ya ha aceptado "homologar con Europa" el delito de sedición, es decir, redefinirlo y reducir la pena asociada. Entonces ¿a qué viene ese "a pesar de", como queriendo decir que las negociaciones sobre la sedición son un fastidio, un obstáculo, un estorbo en el delicado tira y afloja para renovar el Poder Judicial?
Lo más probable es que el diario se haya hecho un lío por su afán de mezclar en un solo título dos noticias que ya tienen vida propia e independiente —o por falta de información. El subtítulo lo empeora. Explica que el gobierno español "no ve inmediata" la reforma del delito por el que fueron condenados los líderes del 1-O por el Tribunal Supremo. Si no es inmediata ¿cómo puede perjudicar a las negociaciones para renovar el Poder Judicial que la presión de la Comisión Europea sí ha hecho urgentes? Todo tiene muy poca lógica o la que tiene no queda clara —o quizás no quieren o no saben explicarla.
También es destacable cómo lo aborda El País. En una columna, dice que ERC ha desvinculado la sedición de los presupuestos. Si es así, y no hay motivo para dudar —el diario madrileño lo acredita con unas palabras de Gabriel Rufián—, los republicanos no hacen una figura bonita en Catalunya, porque vuelven a quedar retratados como un partido que presta sus votos a cambio de aire caliente.
En otro universo, el de Ara, en cambio, es todo el contrario: "la discusión [...] tiene los presupuestos como trasfondo", dice. Esta última frase ¿qué quiere decir exactamente? ¿Que "la discusión" se produce mientras se debaten los presupuestos? Claro. Y mientras se juega la Liga de fútbol, se celebran las presidenciales en Brasil, continúa la agresión militar de Putin a Ucrania y se publica en italiano la novela Història de la Nostàlgia, de Natàlia Romaní. Ahora, si quiere decir que las negociaciones sobre la sedición condicionan la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, ya es toda otra cosa, y el retrato de ERC es el del partido que sabe jugar las cartas para hacer buen juego. La presentación que hace Ara es, más o menos, la misma del resto de diarios editados en Barcelona: poner buena cara e iluminar a Esquerra con la luz más favorable.
Last, but not least, La Razón y El Mundo han sincronizado sus portadas para bombardear al mismo tiempo al gobierno español y boicotear su propósito de reformar el delito. El Mundo cuenta una trola fácil de comprobar: que la sedición se castiga todavía más en Alemania, Francia e Italia (el título dice "la UE" porque, leña al mono, que es de goma, valen tanto tres estados como 27). Qué diario más burro, por obsesionado. La misma justicia alemana no vio sedición al examinar la causa contra el president exiliado Carles Puigdemont después de detenerlo en Schleswig-Holstein. ¿En qué mundo vive El Mundo? El Punt Avui ya dice en portada que "Europa la castiga con menos severidad", que es lo que da por sobrentendido El Periódico al describir la finalidad de la negociación como "homologar" el delito a Europa. Es decir, que no será para agravarlo o endurecerlo. Perdón por tildar en El Mundo de diario burro. Le sienta mejor garrulo, marmolillo o bobo. Los burros no tienen ninguna culpa.
