El precio de los alimentos continúa disparado, dice Ara en su título principal, igual que El Periódico, que añade el dato que lo cuantifica: un 16%. El Punt Avui prefiere el participio "desbocado". La Vanguardia ya lleva el tema como segundo título y recuerda que es el dato más alto de inflación desde 1994. La Razón hace igual en una información secundaria. El Mundo lo publica aun más pequeño y dice que la inflación empobrece a los asalariados a niveles de 1996. El País también habla de "precios disparados" en un titulillo mínimo. ABC no lo lleva en portada. Se hace muy extraña la decisión de abrir la portada con otro tema que no sea el dato tan negativo de la inflación, que toca el bolsillo de todos los ciudadanos y las cuentas de todas las empresas. Una inflación tan recurrente y tan elevada afecta más a los que menos tienen pero es un cáncer que empobrece todo y a todos.
Todavía se entiende menos en los diarios que aluden a los años 1994 y 1996, epicentro de la crisis económica que, añadida a numerosos casos de corrupción, liquidaría el periodo de gobiernos socialistas de Felipe González y daría paso a José María Aznar y las mayorías absolutas del PP, hasta entonces impensables. Aquellos años se hizo de todo y se sufrió de lo lindo. Para controlar el déficit descontrolado y sacar a España de la recesión, el ministro de Economía, Pedro Solbes, utilizó el arsenal clásico, ahora en manos de Europa: devaluación de la peseta (tercera de la temporada) y restringir los tipos de interés. También subió el IVA y los impuestos sobre carburantes y, atención, pidió a los sindicatos una pérdida de seis puntos del poder adquisitivo de los salarios, con congelación salarial en 1994 y crecimientos inferiores al IPC los dos años siguientes. Los tiempos son diferentes hoy, pero tampoco los disfrutaremos. Lo pagaremos unos cuantos años.
El Mundo abre con lo que llama "pánico bancario" (spoiler aguafiestas: aun no hay ningún pánico bancario) y haciendo propaganda de los mercados financieros, que piden aflojar los tipos de interés. Este diario tiene claro quién manda. L'ABC y La Razón, en cambio, han decidido que el tema principal de este miércoles es la futura formación militar de la princesa Leonor de Borbón, que consistirá en tenerla tres años interna en las academias de Tierra, Mar y Aire y embarcarla en el Juan Sebastián Elcano para hacer la vuelta al mundo o el crucero que toque. El Mundo y La Razón publican dos opiniones que se titulan igual: "Una formación esencial para una reina" que vienen a decir lo mismo y son la justificación de que la portada se abra con la mili de tres años de Leonor de Borbón, de la que saldrá teniente. El Quioscos & Pantallas se lo ha leído y te lo resume. El esfuerzo vale la pena porque así no tienes que hacerlo tú.
El editorial de La Razón dice que es "lógico" que Leonor estudie para oficial porque será el Jefe del Estado español, a quien la Constitución otorga "el mando supremo de las Fuerzas Armadas" y, además, "la responsabilidad de declarar la guerra y hacer la paz". También es "esencial" porque recibirá un "bagaje educativo y, sobre todo, personal que le ayudará positivamente a la hora de enfrentar cualquier circunstancia que le proponga la vida". Además, la enseñanza militar reúne "las áreas principales de las nuevas tecnologías, desde la electrónica avanzada a la informática" y también una "profunda formación humanística", que "impregna una manera de ser, rica en valores y dispuesta al sacrificio, siempre en servicio de los españoles". Leonor "aprenderá táctica, uso de armas, topografía, supervivencia, pilotará aeronaves y ocupará su lugar en el puente de mando de los barcos de la Armada", sí, pero también "conocerá el valor de la camaradería, de la entrega y del desprendimiento". No rías, sinvergüenza, que solo son tres años y la pobre princesa no tiene la culpa de la lisonja y servilismo que se gastan los diarios.