Ara y El Periódico homenajean en portada al fotoperiodista Joan Guerrero, fallecido este miércoles. Tenía 84 años. Guerrero "destacó por su mirada humana de lo que lo rodeaba y su compromiso con los más débiles y desvalidos", dice Pepa Masó en el obituario que firma en esta santa casa. Pepe Encinas, que fue el suyo hacia El Periódico, explica las raíces de esta actitud: llegó a Santa Coloma de Gramenet en 1964 desde su Tarifa natal porque su madre le había pedido que acompañara al hermano mayor, que venía a trabajar a Barcelona. Joan vendió su primera cámara para pagarse el billete en el Sevillano, el tren que llevó tantos migrantes del sur de España. Los Guerrero —recuerda Encinas— trabajaron haciendo zanjas para el Metro, en una fábrica de maderas, en una fundidora... hasta que Joan hizo agujero como fotoperiodista a tanto la pieza y se convirtió el maestro de tantos colegas. "La fotografía con sabor a poesía", titula Encinas. "El periodismo más comprometido, sensible y solidario", remacha. Otro colega, David Airob, elaboró La caja de cerillas, un documental donde Guerrero habla de su manera de ver el mundo, la existencia, la profesión, la amistad, la ética periodística y de sus referentes cinematográficos.
Son increíbles las fotografías del terremoto que ha sacudido la isla de Taiwán en la portada de La Vanguardia y de El Periódico y leer la información sobre las cifras de víctimas: 9 muertos, 50 desaparecidos, un millar de heridos. Al terremoto, de magnitud 7,4, siguieron más de 200 réplicas. Las imágenes muestran dos edificios de pisos, arrodillados por el seísmo, con una inclinación grande… pero enteros, salvo los bajos, aplastados. Por comparación, los dos terremotos de magnitud 7,8 y 7,7 que hace dieciséis meses afectaron a Turquía, Siria y el Kurdistán dejaron entre 60.000 y 70.000 muertos, además de un millón y medio de personas sin casa. La gran diferencia de daños —aunque sea de muy mal comparar— sorprende y hace pensar cómo tratan el riesgo de terremoto un país y otro, un gobierno y otro.
Este jueves es también un día de títulos un poco banales y desvagados en algunos diarios. El País abre portada diciendo que Pedro Sánchez "eleva el tono y no descarta medidas diplomáticas" contra Israel. Dicho así, recuerda aquel dicho de la montaña que parió un ratón. El Mundo parece escandalizado porque Hacienda insiste en que en la Renta de este 2024 hay que tributar por las ganancias en todo tipo de alquileres, apuestas en línea y criptomonedas. Dice que la Agencia Tributaria ha enviado "tres millones de alertas fiscales". Suena como si estuvieran ahogando a los contribuyentes, exigiéndoles el pizzo que cobra la mafia por su "protección". Y no. Este es el trabajo normal y ordinario de Hacienda y de la AEAT. No hay que asustar más a la gente. La Razón también aporta su ración de títulos sin sustancia. El principal dice que Junts, del brazo del PP, utilizará el pasado de Salvador Illa, el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, para atacarlo en campaña. ¿Qué quieren? ¿Que vayan a cantarle coplas al final de cada mitin? Son partidos competidores y hay muchas elecciones seguidas: es normal. El mismo diario se lleva hoy el premio al halago lisonjero del día por uno de los títulos que decora una foto de la recepción del Rey de España al Real Madrid de baloncesto: "El apoyo incondicional de la Corona al deporte es una larga tradición". Bota, bota la pelota…