La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca está provocando un cambio significativo en las relaciones entre los Estados Unidos y Europa, alterando las dinámicas tradicionales de la alianza transatlántica. Los temores que se sospechaban por la política del republicano que lo llevó de nuevo a la presidencia, Estados Unidos primero, se están cumpliendo. Trump está decidido a priorizar los intereses nacionales por recuperar el poder global, que cree que está amenazado principalmente por China, y está reconfigurando las alianzas. Europa ha dejado de ser una prioridad en Washington, y esta nueva premisa tiene consecuencias en diferentes ámbitos. La nueva política de implementar aranceles en una guerra económica que puede acabar repercutiendo en la inflación en Europa, y las nuevas exigencias a la OTAN para que los países de la alianza atlántica destinen el 5% de su PIB a los gastos de defensa, se suman a las intenciones de Trump de menoscabar la influencia europea en el escenario global, como se ha demostrado en las intenciones de dejarla fuera de las negociaciones para poner fin a la guerra de Ucrania. Trump tiene su propia visión de la realidad del mundo, sus propios planes, marcados por su relación con Rusia e Israel, con las derivadas que establece para acabar con los conflictos de Ucrania y Gaza. Y en todo eso, se suma la reprimenda pública del vicepresidente norteamericano JD Vance a Europa, en su propia casa (Múnic), que ha hecho mayor la brecha que separa a los Estados Unidos y el Viejo Continente.
"Ataque del trumpismo a la UE"
De todo eso van las informaciones que destacan las portadas de este sábado, centradas en las tensiones de los EE.UU. y Europa, agravadas por el discurso de Vance, que causó "estupor e indignación" entre los participantes en la Conferencia de Seguridad de Múnich. El País habla "de ataque del trumpismo a la UE", y de una "durísima arremetida de corte ideológico contra los países europeos que evidencia un desgarro vergiginoso entre las dos orillas del Atlántico Norte mientras el mundo se precipita hacia una peligrosa confrontación de potencias". Vance acusó de no respetar la libertad de Expresión, "que está en retroceso en Europa", de querer socavar la democracia con los cordones sanitarios contra las políticas de extrema derecha, "que aísla millones de electores", o de establecer regulaciones en las redes sociales. Es decir, Europa hace todo lo que no le gusta a los Estados Unidos, que ahora con Trump, tiene unos nuevos valores, que no son los valores tradicionales que ha compartido con Europa, y eso se traduce en esta frase que soltó Vance. "La amenaza de que más me preocupa para Europa es la amenaza interior que representa la retirada de Europa de los valores que comparte con nosotros". O mejor decir, que compartía.
La conferencia estaba llena de dirigentes europeos, como el primer ministro de defensa alemán, Boris Pistorius, que calificó estas acusaciones "de inaceptables", mientras que la jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, hizo esta interpretación: "Al escuchar este discurso, parece como si intentan buscar brega con nosotros y nosotros no nos queremos enemistar con nuestros amigos", al mismo tiempo que reconoció implícitamente que lucharán por mantener la ascendencia europea en áreas que son de interés estratégico. "Estamos buscando maneras de actuar como actores geopolíticos y de aumentar nuestro poder geopolítico".
La presión en Zelenski
Pero más allá de las diferencias ideológicas que ahora separan estos valores que defiende los Estados Unidos y los que encarna el Viejo Continente, están las implicaciones prácticas de estos cambios en las reglas del juego. Trump se siente fuerte y seguro de la dependencia europea de los Estados Unidos en cuestiones de seguridad, cosa que le permite tomar -o intentarlo- decisiones unilaterales con respecto a la guerra de Ucrania. "Los EE.UU. presionan Zelenski: su "paz duradera" o más guerra", titula El Mundo, que se hace eco de las condiciones que quieren establecer los Estados Unidos para acabar con el conflicto. El presidente ucraniano, sin embargo, quiere una paz "real y con garantías", y quiere -o también intentarlo- pactar un plan con Trump y Europa antes de verse cara a cara, solo, con Vladímir Putin. El diario Ara también apunta hacia esta dirección en su portada, que titula "Europa y los EE.UU. chocan en Múnich por el futuro de Ucrania".
La Vanguardia destaca en su portada que "Vance carga contra Europa y lo acusa de socavar la democracia", y explica en páginas interiores "la acometida del enviado de Trump a los líderes europeos", con los ataques del vicepresidente Vance contra el cordón sanitario a la ultraderecha en su discurso a la Conferencia de Seguridad de Múnich. El Periódico también opta por resaltar en su portada la acusación que hizo Vance en Europa de amenazar la libertad de expresión.
En cambio, el ABC hace una lectura de los enfrentamientos entre Trump y Europa pero en clave doméstica, y asegura que "Ucrania y los aranceles abren una la grieta entre Vox y el PP", y justifican a su titular asegurando que "los populares reprochan el 'silencio cómplice' de Abascal y este acusa a Génova de alinearse con Sánchez contra el presidente de los Estados Unidos".
!['El País' 15 'El País' 15](/uploads/s1/51/18/59/51/el-pais-15.jpeg)
!['El Mundo' 15 'El Mundo' 15](/uploads/s1/51/18/59/84/el-mundo-15.jpeg)
!['AHORA' 15 'AHORA' 15](/uploads/s1/51/18/60/17/ara-15.jpeg)
!['La Vanguardia' 15 'La Vanguardia' 15](/uploads/s1/51/18/60/50/la-vanguardia-15.jpeg)
!['El Periódico' 15 'El Periódico' 15](/uploads/s1/51/18/60/83/el-periodico-15.jpeg)
!['ABC' 15 'ABC' 15](/uploads/s1/51/18/61/16/abc-15.jpeg)
!['La Razón' 15 'La Razón' 15](/uploads/s1/51/18/61/49/la-razon-15.jpeg)
!['El Punt Avui' 'El Punt Avui'](/uploads/s1/51/18/61/82/el-punt-avui.jpeg)