Es grande el cabreo de la derecha mediática con la inminencia del acuerdo de investidura entre Junts y el PSOE. Solo en La Razón llaman "prófugo" a Carles Puigdemont en los títulos de dos columnas de opinión —Carmen Morodo, directora adjunta de la cosa, y Vicente Vallès, director del telediario noche de Antena 3. El director del diario, Paco Marhuenda, habla del "huido" "Judas Puigdemont". Morodo califica de "estafador" a Pedro Sánchez y otro columnista, Alfredo Semprún, "de ingeniero ferroviario". El mismo diario, del Grupo Planeta, abre este lunes con una encuesta que otorga mayoría absoluta a la coalición PP-Vox... si tomas las cifras más elevadas de la horquilla de resultados. Es un pronóstico que cae dentro del margen de error, o sea que el título del diario también podría ser el contrario.
En cualquier caso, otras encuestas confirman que las negociaciones con los indepes pasan factura electoral a los socialistas. El Barómetro de El País indica que el PP sube un poco y el PSOE baja un poco, sin cambiar la correlación de fuerzas. ABC decía este domingo que, si se repitieran ahora las elecciones, "el bloque de investidura de Feijóo" (eufemismo que usan para no nombrar a los ultras de Vox) sumaria 176 escaños, exactamente la mayoría absoluta. La de El Mundo, en cambio, da un empate a 175 escaños entre el grupo PP-Vox y el grupo PSOE-Sumar y compañía. Es como el milagro de la CUP, aquel empate a 1.515 votos en la asamblea de Sabadell que debía decidir si Artur Mas sería presidente de la Generalitat. Qué buena época para estar vivo.
Mientras los diarios del Trío de la Bencina se esfuerzan por minar el acuerdo de investidura por tierra, mar y aire, La Vanguardia y El País llevan casi una semana haciendo variantes del mismo título de portada: el acuerdo está al caer, llega mañana, esta semana, uno de estos días, etcétera. Con lo que ha llovido en sus portadas y las columnas de su kommentariat, bien puede decirse que del acuerdo tienen más ganas ese par de diarios que los dos partidos que lo negocian. Ara no se ha repetido tanto en portada, pero últimamente es parte de este mismo equipo de impacientes. Si de ellos dependiera, ya estaría firmado el pacto y convocada la sesión de investidura.
Esta santa casa ha explicado este domingo por la noche que las conversaciones se detuvieron hasta que el PSOE ha aceptado abordar en la ley de la amnistía la persecución judicial de independentistas en causas no directamente relacionadas con el 1-O. Es decir, las causas consideradas lawfare, un concepto de mediados de los años setenta del siglo pasado que suma law (ley, en inglés) y warfare (actividades propias de la guerra) y describe el uso a medida de la ley y la justicia como arma política. En Junts consideran lawfare procesos tan diferentes como los seguidos contra el exconseller de Interior, Miquel Buch, o la presidenta del Parlament, Laura Borràs, entre otros, y en ERC casos como los informes fantásticos de la Guardia Civil que implican a Marta Rovira, su secretaria general, en la organización y dirección de Tsunami Democràtic. El Punt Avui es el diario que lo explica más claramente en los bajos de su portada.