Portugal desentierra un contencioso territorial con España. El ministro de Defensa Nacional de Portugal, Nuno Melo, ha exigido este viernes al Estado español que entregue el pueblo pacense de Olivenza (Badajoz), ubicado cerca de la frontera entre los dos países. El representante ministerial ha dicho que es un municipio portugués "por tratado" y entiende que es un derecho "justo" exigir esta reclamación. "Olivenza es portuguesa, naturalmente, y no es ninguna provocación", ha indicado en declaraciones a los medios desde Estremoz, en el distrito de Évora, según recoge la agencia portuguesa Lusa, informa Europa Press.

¿De dónde surge esta demanda? El ministro ha dicho que según el Tratado de Alcañices, firmado por la Corona de Castilla y el reino de Portugal en 1297, el Estado portugués no reconoce a Olivenza como territorio español. Nuno Melo ha recordado que ya defendió esta cuestión cuando era eurodiputado, y que piensa seguir haciéndolo. Por su parte, el líder del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, ha rechazado las declaraciones del ministro, que ha tildado de "extrema gravedad" y con "impacto en la política exterior", especialmente con las relaciones diplomáticas con España. Así, ha exigido responsabilidad al primer ministro, Luis Montenegro.

A lo largo de la historia ha habido otros momentos en los que Portugal ha reivindicado que Olivenza es un pueblo portugués. El Tratado de Alañices fue un acuerdo bilateral suscrito en 1297 entre la Corona de Castilla y el reino de Portugal, y firmado por el rey Fernando IV de Castilla. En ese tratado se estipulaba que las villas y plazas de Campomayor, Olivenza, Ouguela y San Felices de los Gallegos serían entregadas a Dionisio de Portugal como compensación por la pérdida de una serie de plazas que le fueron arrebatadas a Portugal por Alfonso X. Con la firma de este tratado se dio comienzo a la disputa territorial entre España y Portugal. En la actualidad este proceso se encuentra congelado desde el Congreso de Viena (1815).

En el Congreso de Viena Portugal volvió a exigir la anulación del tratado y la devolución del municipio, algo que finalmente se contempló en el artículo 105 del Acta Final de dicho congreso, en el que se aconseja que a través de la mediación internacional se haga la devolución de Olivenza a Portugal, sin plantearlo como deber ineludible. Portugal se dio por satisfecha en sus exigencias al reconocerse la justicia de la reclamación planteada y España firmó igualmente el Tratado de Viena, al que había acudido como una de las potencias vencedoras –al igual que Portugal–, porque este no comprometía la devolución aunque reconociese la justicia de las reclamaciones portuguesas.