El Partido Popular certifica que es intratable en Galicia. I Alfonso Rueda supera con nota el examen de final de curso. Ni una campaña electoral con todo el foco mediático y político de España, ni unos ánimos de cambio que parecían imparables, ni la reunificación del BNG han sido capaces de frenar el PP. Alfonso Rueda no ha tenido rival en la carrera hacia la Xunta y, lejos de los titubeos o las dudas que se abanderaban desde la izquierda, ha obtenido 40 diputados, dos menos que hace cuatro años, pero dos por encima del umbral de la mayoría absoluta. Los populares han mantenido casi el mismo porcentaje de votos que en 2020. Muy lejos de Rueda, el BNG firma los mejores resultados de su historia con 25 escaños (seis más que hace cuatro años) y más de 430.000 votos, superando con creces la mejor marca de su historia. La subida del BNG es, en buena parte, a costa de un PSdeG que sufre un descalabro sin paliativos: los socialistas se quedan con nueve diputados, cinco menos que en 2020 (que ya era su peor marca) y obtienen 195.000 votos, 60.000 menos que en 2020. El cuarto actor del nuevo Parlamento de Galicia es Democracia Ourensana, una formación local que se ha presentado solo en la provincia de Ourense y que ha conseguido un diputado.
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Lejos queda ahora el optimismo que ha verbalizado la izquierda los últimos días con llamamientos a la movilización para expulsar el PP de la praza do Obradoiro después de quince años con mayoría absoluta. Parece que no estaba tan cerca como decían. Era la primera vez que el actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se presentaba como candidato en unas elecciones, pero no ha fracasado. Al contrario. Igual que su antecesor y padrino, ha saldado los comicios con autoridad, mano de hierro y, a pesar de una campaña nublada, sin titubeos durante el recuento.
El BNG hace los deberes, pero el PSdeG entierra las posibilidades de una Xunta de izquierdas
Nadie puede decir al BNG que no ha hecho los deberes. La candidatura encabezada por Ana Pontón ha certificado los mejores resultados de su historia en escaños, en número de votos y en porcentaje. En 2020, superó un hito en términos de representación en el parlamento con 19 diputados, una cifra que ahora llega a los 25 representantes. Lejos quedan los seis escaños que obtuvo Ana Pontón en 2016 en sus primeras elecciones. Ahora bien, el gran mérito del BNG en estos comicios ha sido no solo volver a convertirse en la casa grande del nacionalismo gallego, sino también devenir en el cobijo de las izquierdas en Galicia con 435.000 votos, más de 40.000 sufragios por encima de los 395.000 que obtuvo Xosé Manuel Beiras en 1997. Justamente esta ha sido la campaña electoral de la reconciliación entre Beiras y sus orígenes.
Sin embargo, lo que imposibilita una alternativa real a la Xunta es que el BNG no puede sumar con un PSdeG que se ha hundido. La lista liderada por José Ramón Gómez Besteiro ha empeorado de calle los resultados de 2020, que ya eran los peores de la historia de los socialistas gallegos. Ni la implicación de Pedro Sánchez, ni las meteduras de pata de Feijóo, ni la apuesta por un candidato con raíces en el partido han servido para animar el electorado del PSOE de tener confianza a Besteiro.
Un parlamento con cuatro partidos y sin Vox, Sumar y Podemos
Pero una de las grandes novedades de la noche es que el Parlamento de Galicia pasa a estar formado por cuatro partidos con la entrada de Armando Ojea, el candidato de Democracia Ourensana, una formación que reclama más inversiones y más atención en su provincia. Este partido regional ha conseguido lo no que han sido capaces de hacer tres partidos de dimensión estatal que se han quedado mucho lejos de tener posibilidades de obtener representación: Vox, Sumar y Podemos. Paso a paso. Galicia seguirá siendo la única comunidad autónoma sin Vox, que ha obtenido 30.000 votos y el 2,2% de los votos. La sorpresa mayúscula es que la formación de extrema derecha firma mejores resultados que Sumar, que se queda con 25.500 votos. Yolanda Díaz naufraga en su casa. Finalmente, Podemos ha sumado solo 3.600 votos, el 0,25%, cosa que sitúa la formación morada 1.500 votos por detrás del PACMA.
Feijóo salva el test de estrés de su liderazgo
En todo este panorama, quien también sale más que reforzado es el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha multiplicado su presencia en Galicia durante la campaña electoral con una veintena de actos y teniendo presencia allá donde no llegaba el candidato popular. Estaba en discusión su gestión de la Xunta y, por encima de eso, las elecciones se veían como juicio a su liderazgo. Ha salido absuelto. Y, a pesar de los resbalones que ha tenido en los últimos días, ha demostrado que Galicia sigue siendo su feudo.