Hay luz al final del túnel de una semana 'horribilis' del PP. Uno de los hombres de confianza de Alberto Núñez Feijóo abandonaba este jueves el Congreso de los Diputados con una sonrisa de oreja a oreja: "¡Qué ganas de que empiece la semana que viene!", exclamaba después de percibir que en Madrid la angustia ha cambiado de bando. Génova 13 ha sufrido estos días una importante crisis interna, porque el lunes saltó la noticia de que los populares habían cometido un "error injustificable", en palabras de Alberto Núñez Feijóo: aprobar sin saberlo una reforma que permite a exmiembros de ETA convalidar sus condenas en Francia y poder pasar de esta manera menos años encerrados en España. Pero durante el debate de este jueves en la cámara baja saltaba una noticia que da oxígeno al PP: la Guardia Civil sitúa a José Luis Ábalos, quien fue fiel escudero de Pedro Sánchez, en el epicentro de la trama corrupta del caso Koldo. La Unidad Central Operativa del instituto armado cree que el exministro de Fomento y exnúmero tres del PSOE tuvo un "papel relevante y de responsabilidad" en la trama de las mascarillas, y que habría cobrado por parte del entramado. Feijóo ha decidido ahora convocar a la cúpula de su partido este domingo para dar una respuesta a las nuevas informaciones sobre el caso Koldo.
"Eso será un maravilloso gota a gota; irán apareciendo los audios, los vídeos y las fotografías con bolsas de dinero," celebraba el mismo dirigente del PP después de leer la noticia. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo habían tenido aquella semana una amarga disputa en el Congreso por la convalidación de penas a etarras, y el PSOE había hurgado de lo lindo en la herida de los populares, por haber sido o bien unos "incompetentes" o bien unos "mentirosos" en la cuestión de la reducción de penas a los antiguos miembros del grupo armado. Pero ahora los focos se sitúan sobre la sede de Ferraz y la Moncloa. Al día siguiente, el viernes, Pedro Sánchez reaccionaba a la noticia más inquieto de lo que es habitual: "No habrá impunidad; quién la haga, que la pague".
El resbalón del PP con las condenas de ETA
El PP se ha servido de las víctimas de ETA para conseguir rédito político desde hace muchos años. Ya empezaron a utilizar en 1997 la figura y el asesinato de Miguel Ángel Blanco como herramienta política y arma para disparar contra el PSOE. Para más inri, esta semana hicieron entrar en el hemiciclo a la hermana del exconcejal de Ermua, Marimar Blanco, mientras Pedro Sánchez comparecía ante los 350 diputados del Congreso. Los parlamentarios del partido de Alberto Núñez Feijóo se deshicieron en aplausos, y el portavoz del PP en la cámara baja, Miguel Tellado, remató el show exhibiendo fotografías de una docena de socialistas asesinados por ETA durante la sesión de control en el Gobierno. La presidenta del Colectivo de Víctimas del terrorismo, Consuelo Ordóñez, condenó el "asqueroso" gesto del popular.
Así gesticulaba el PP después de haber cometido un error que sitúa su relación con ETA en una nueva dimensión. Bildu y Sumar colaron un gol por la escuadra a las derechas españolas colocando una enmienda a la ley de intercambio de antecedentes penales que pasó desapercibida: ahora se tendrán en cuenta los años de condena que los etarras han pasado en Francia, y serán restados del tiempo que tienen que pasar en una prisión española. El Consejo Europeo recomendó en 2008 a los estados miembros tomar en consideración las condenas que un reo había cumplido en otros países del club continental, y considerarlas propias. El gobierno de Mariano Rajoy obedeció y lo aplicó en la legislación española. Pero durante la tramitación del texto el PP se dio cuenta de que eso podría beneficiar a etarras y añadió una disposición adicional a la norma: "En ningún caso se tendrán en cuenta las condenas de un estado miembro con anterioridad al 15 de agosto del 2010". La enmienda de Sumar elimina esta enmienda del PP de Rajoy. Pedro Sánchez, en defensa de la ley, sostiene que "pertenecer a Europa comporta obligaciones".
El PP se ha dado cuenta demasiado tarde y se calcula que la reforma entre en vigor en los próximos días. Fuentes de los populares aseguran que, a pesar de la crisis interna, hay un absoluto "cierre de filas". Pero están avergonzados por lo que ha pasado. La diputada del PP Ana Belén Vázquez maniobró para que se le dejara de señalar este lunes en una entrevista televisiva en la que afirmaba que sí que sabía qué votaba su partido, y argumentaba que las normativas europeas se tienen que trasponer y basta. Resulta que los diputados del PP que formaron parte de la comisión de Justicia del Congreso firmaron un acta en que aseguraban "haber estudiado con total atención la citada iniciativa, así como sus enmiendas". Pero Vázquez es una voz discordante porque en el PP todo el mundo sostiene en público y en privado que ha sido una equivocación y ya, por muy grave que sea para ellos. Esta semana uno de los ponentes del PP en aquella comisión se paseaba visiblemente afectado por los pasillos del Congreso. Admitía que estaba abatido porque aparece en la lista de responsables en el análisis interno que hace su partido.
El Gobierno corta en seco las sospechas sobre Sánchez ante el escándalo de Ábalos
Pero las imágenes de periodistas persiguiendo a José Luis Ábalos por todos los rincones del Congreso dan esperanzas a los populares. Confían sofocar la crispación interna gracias al renacimiento del caso Koldo. El PP siempre ha acusado a Pedro Sánchez de, como mínimo, olerse alguna cosa de quien fue su hombre de confianza. Si no, no le encuentran el sentido a que en 2021 el presidente decidiera fulminarlo de sus cargos en el ejecutivo y en el partido. Por eso Alberto Núñez Feijóo denunciaba el viernes que "la corrupción en la Moncloa avanza a un ritmo que asusta; ningún presidente honesto esquivaría su responsabilidad y continuaría escondido sin dar la cara".
El primero a desligarse de Ábalos fue el mismo Pedro Sánchez el viernes desde el Vaticano. José Luis Rodríguez Zapatero aplaudió la reacción "clara y positiva" del actual presidente español. Salió en defensa del líder socialista su nuevo escudero, el ministro Félix Bolaños, aparte de miembros de alta jerarquía en el ejecutivo como Pilar Alegría, Óscar Puente y Óscar López. "Hoy hay en España un presidente contundente contra la corrupción", sentenciaba este último.