"Ni un minuto. Ni un segundo. Cero" se burlaba el portavoz Fernando Martínez Maíllo sobre el tiempo dedicado por el Partido Popular a hablar de Ciudadanos en el último cónclave con los barones populares. Estos salían de la reunión con promesas sobre financiación o el reto hidrográfico, sin el aprieto de exponer ante Mariano Rajoy el temor a la pujanza de Cs. Y es que existe un clima de opinión sobre un posible efecto dominó de las elecciones municipales y autonómicas de 2019 sobre las generales de 2020, tal que el PP y Albert Rivera ya trazan su hoja de ruta particular.
La constatación de la ofensiva se vivió la semana anterior. El PP puso encima de la mesa a Cs la elección directa de alcaldes, en el marco del acuerdo de investidura de Rajoy. Los populares justificaban que la propuesta está "abierta", pero se basaría en dos supuestos: obtener el 35% de los votos con una ventaja de cinco puntos respecto del siguiente candidato, o el 30% de los votos con diez puntos de ventaja. En segundo término, el PP apela a una segunda vuelta de las candidaturas que logren el 15% de apoyos, dando la mayoría absoluta al ganador y que la oposición quede en minoría.
La formación naranja "estudiará" la medida, pero sospechan que el PP busca un beneficio para no repetir Barcelona o Madrid –donde PSOE y Podemos les arrebataron el ayuntamiento. Por eso, fuentes de Cs consultadas por El Nacional insisten en que un sistema "no está para aplicarse sólo donde a uno interesa" –sino que tiene que ser extensivo a todo el Estado. Si bien, la opción de una segunda vuelta podría premiar a la formación naranja, pues las fuentes señalan que "el PP tiene que pensar si puede aglutinar voto de otros partidos", es decir, el de izquierdas.
La segunda vuelta podría beneficiar a Cs y fuentes del partido confían en que la estructura orgánica del PP no sea impedimento para atraer el voto municipal
El hecho es que la formación naranja posee una rendija capaz de desmontar una máxima extendida en el PP, sobre que Rivera no sería peligroso porque no tiene estructura orgánica. En primer lugar, las fuentes de Cs defienden que candidatos "con proyectos innovadores" son más seductores, ahora que la batalla a la derecha se basa entre ellos o PP. En segundo lugar, se suma que la lógica de voto municipal no disfruta del mismo sentimiento de afiliación partidista para el ciudadano, que a nivel estatal, de modo que los comicios se decidirían más entre caras que entre siglas.
La cuestión es que la noticia sobre el paso de cinco alcaldes del PP de Jaén al partido de Rivera ha hecho saltar alarmas en los medios. Las fuentes de Cs aseguran que eso no se habría producido a petición de ellos, pero reconocen que están "abiertos al talento". Los populares, a su vez, quitan importancia al dato. "Lo que sí que le puedo asegurar es que nosotros no cogeremos ninguno de Cs. Creía que su proceso de selección eran las primarias" ironizaba Maíllo. Ahora bien, la dirección del PP se apresurará a proponer una buena parte de candidatos de 2019 antes del verano.
Más allá de la estructura y el sistema de voto, los populares también fían parte de la estrategia a los pactos de estado con los socialistas. En primer lugar, pasa porque tanto el sistema de financiación, como la política hidrológica o el reto demográfico son problemática de las comunidades autónomas. Así pues, el bipartidismo visibilizaría la capacidad de gestión que otros "no pueden acreditar" según dijo el presidente durante el fin de semana, pues es donde Pedro Sánchez y Rajoy tienen gobiernos –a diferencia de Rivera, que sólo participa de acuerdos de investidura.
Así las cosas, la guerra se agrava, después de que el PP haya extendido la sospecha sobre Cs. Los populares dan por "acreditada" una presunta financiación irregular del partido de Rivera porque Alberto Ganga, abogado de la plataforma Garantías Ciudadanas, afirmó que se habrían usado presuntamente fondos de los grupos municipales y autonómicos para financiar el partido. Pero Cs no se inmuta y desacredita a algunos de los denunciantes, al ser expulsados de la formación, y también, pues en paralelo contará con la comisión sobre la presunta caja B del PP en el Congreso.