Ante las informaciones sobre que el Tribunal Constitucional estudiaría si forzar comicios para sacar a Catalunya del bloqueo en las negociaciones por la investidura —como explicaba El Confidencial— el coordinador general del Partido Popular Fernando Martínez Maíllo respondía con una negativa este lunes, preguntado al respecto por este diario. "No estamos ahora mismo en el fenómeno de convocar elecciones", exponía en la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo Nacional, postura que el viernes era compartida por fuentes de la Moncloa —pues los letrados del Parlament dictaminaron que sin votación, no corrían los plazos—.
"Estamos gestionando con el 155 y queremos un gobierno cuanto antes mejor", ha dicho Maíllo pasados cinco meses de su aplicación. El popular ha recordado que era el ejecutivo de Mariano Rajoy quien había llevado la "normalidad institucional" a las instituciones catalanas y ha puesto de ejemplo el pago de la paga extra de los funcionarios. Eso le ha servido al PP para sacar pecho ante el inmovilismo que le atribuyen a Ciudadanos, por no querer presentarse a una investidura que sería fallida. "Arrimadas no ha hecho nada. El voto útil se ha convertido en una victoria inútil", ha denunciado.
Ante ese escenario, el número tres de la formación popular ha justificado que el objetivo del PP y la Moncloa era esperar a los movimientos de los partidos independentistas, a quienes ha exigido dejar de presentar "candidatos imposibles", que estuvieran en "procedimientos judiciales" —en alusión a Carles Puigdemont o Jordi Sànchez—. Por eso, ha considerado que la última propuesta de JxCat a la CUP sobre una moción de confianza a media legislatura era la "típica invención independentista", y una de las propuestas "que aparece y desaparece con la misma rapidez".
A la sazón, los populares quieren un "Gobierno moderado", y que escoja a un "presidente para cuatro años, que haga algo para mejorar la situación económica". Todo ello llega en un momento en que Rajoy intenta apartar la crisis catalana por miedo de perder la legislatura, y una vez asumido que un candidato como Jordi Turull o Josep Rull, que alargarían el pleito ante el juicio inminente a la cúpula del proceso soberanista.
Así las cosas, en Génova evitan ya hablar de Carles Puigdemont, y sólo lo aluden si son preguntados al respecto. "Más teatro, mintiendo por Bruselas, por Ginebra, por donde quiera que vaya, ya no lo cree nadie, es un personaje pululando, cada vez tiene menor grado de aceptación", se ha descargado Maíllo preguntado por este diario sobre si dañaba la imagen de España la visita del líder de JxCat a Suiza, donde denunció cuestiones como el Valle de los Caídos en el Festival de Derechos Humanos.