El PP madrileño ha hecho gala de los gritos contra Carles Puigdemont a la manifestación de Barcelona, donde el españolismo ha fracasado —después de recoger tan solo 50.000 personas, según la Guàrdia Urbana. En un tuit después de la protesta contra la amnistía de este domingo, el partido de Isabel Díaz Ayuso ha compartido imágenes aéreas de los manifestantes llamando "Puigdemont, en la prisión" con el siguiente mensaje: "Catalunya es de todos los españoles. Por 7 votos, (Pedro) Sánchez, con su tiranía, no puede cambiar la verdad. No en mi nombre". De hecho, la publicación está fijada en el perfil de la formación para que así sea más fácil de ver.
Queda claro que el presidente en el exilio se ha convertido en el auténtico protagonista de la manifestación, con los cánticos habituales desde en el 2017 y algunos más subidos de tono como "Puigdemont, al paredón". Este tipo de gritos han superado de largo la consigna que supuestamente tenía que llenar las calles de la capital catalana: "No en mi nombre" —que solo se ha oído cuando la presidenta de Societat Civil Catalana (SCC), Elda Mata, la ha pronunciado desde el escenario en el paseo de Gràcia.
Piropos y cumplidos para Ayuso
Insultos y pancartas contra Puigdemont, por un lado. Y piropos y cumplidos para Ayuso, por otro. La presidenta madrileña se ha dado un baño de masas en Barcelona. Sin ir más lejos, se ha zafado a hacerse fotos con algunos manifestantes mientras el presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo, atendía los medios de comunicación. Los asistentes le han agradecido la presencia entre gritos de "guapa" y "presidenta", en los cuales respondía con una sonrisa tímida. La única persona que ha podido hacer sombra a Ayuso ha sido el exsocialista Paco Vázquez, que se ha dirigido a los participantes de la protesta desde el escenario y se ha marchado ovacionado.
En su atención a los medios, Ayuso ha transmitido su apoyo "a los catalanes que quieren ser españoles" y ha querido enviar un mensaje de alerta: "No puede ser que por siete votos y cuestiones infundamentales, el presidente del Gobierno nos quiera llevar a un callejón sin salida y de una forma tirana. Por siete votos nadie puede cambiar el destino de una nación", aparte de muchas otras críticas contra Sánchez y Puigdemont. Sea como sea, la manifestación se ha quedado muy lejos de las cifras que alcanzó el españolismo ahora hace seis años: según la Guàrdia Urbana, 50.000 ante las 300.000 personas de 2017.