Alberto Núñez Feijóo entró por la puerta grande a la política nacional después de abandonar la presidencia de la Xunta y sustituir a Pablo Casado como líder del PP. Desde que cambió Santiago por Génova lideraba prácticamente todas las encuestas (menos las del CIS) mientras el PSOE de Pedro Sánchez estaba inmerso en una tendencia a la baja y los votos que se dejaban por el camino no iban a parar a otros partidos de izquierdas sino a los populares. Ahora, sin embargo, casi 9 meses después de la llegada de Feijóo y de la revolución que eso supuso, conocida como "el efecto Feijóo", sus perspectivas electorales se han enfriado: aunque seguirían ganando unas elecciones generales, que en principio se tienen que celebrar dentro de un año a finales del 2023, lo haría a menos distancia del PSOE, que ha vuelto a coger impulso. Además, Feijóo ya no solo necesitaría a Vox, a quien han reprochado que haya unido a la izquierda en torno a la figura de Irene Montero por sus insultos, sino también a otras fuerzas políticas en un contexto donde Ciudadanos está a punto de desaparecer. Así lo revela una encuesta de El Periódico, que muestra un panorama muy ajustado entre los bloques de izquierda y derecha, cuando hace unos meses la balanza se decantaba hacia el lado de Feijóo.
Según esta encuesta, elaborada en medio de un temporal político por la reforma de la sedición, que ya había sido anunciada, la ruptura de las negociaciones por la renovación del poder judicial y también por los efectos de la ley del "solo sí es sí", el PP ganaría unas elecciones generales con un 28,6% de los votos, entre 126 y 129 escaños. Desde el mes de junio, cuando las perspectivas de Feijóo tocaron techo, según las encuestas de El Periódico, Feijóo ha perdido 3 puntos y 15 escaños. Mientras tanto, Sánchez se queda con unos 106-108 diputados y un 26,2% de los votos: desde junio, ha subido en 2,3 puntos y 13 diputados. Hay que recordar que en las últimas elecciones, el PSOE consiguió a 120 diputados ((28,5% de los votos) y el PP 89 (20,99%).
Un resultado electoral muy ajustado entre izquierda y derecha
Mientras tanto, esta encuesta muestra también un estancamiento de la ultraderecha: Vox, desde hace unos meses, no mejora sus perspectivas electorales que están fijadas a un 13,2% de los votos y sobre unos 39-41 escaños, una decena menos que el 2019 cuando irrumpió en la política nacional. Así, esta bajada del PP no favorece a su rival electoral más en la derecha y la suma de los dos, ahora mismo, no sería suficiente para gobernar, ya que las dos horquillas más altas dan a un total de 170 diputados, 6 menos que los necesarios para la mayoría absoluta. En este sentido, les podría ser útil Ciudadanos, pero esta encuesta sitúa los apoyos a los naranjas sobre un 2,2% del total y de nuevo, fregando la desaparición, por lo tanto, se tendrían que buscar otros socios.
Sánchez tampoco lo tendrá fácil para sumar, ya que Unidas Podemos mejora los resultados con respecto a las últimas encuestas, a pesar de las últimas polémicas de la ministra Montero y a la espera de saber cómo quedará configurado el espacio político de Yolanda Díaz, pero estos son peores que en el 2019. Así, tendrá que batallar para intentar sumar otros partidos, como ERC (11-12 diputados, según esta encuesta), para conservar el poder. UP conseguiría ahora entre 30 y 35 diputados (actualmente tiene precisamente 35), pero también se tienen que tener en cuenta los 3-5 del Más País d'Íñigo Errejón. Por su parte, Junts conseguiría entre 6 y 7 diputados.