El Partido Popular presiona al PSOE para que no apoye la propuesta del PNV de derogar la reforma del Tribunal Constitucional que se aprobará este martes y que permite suspender a políticos que no acaten sus sentencias. El PP está perplejo, cree que es un "gravísimo error" y una forma de dar "oxígeno" al independentismo, después de que la Generalitat se niegue a paralizar la hoja de ruta hacia el referéndum del 2017, suspendido por el TC la semana anterior, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, declarara ante el Tribunal Superior de Justicia por desobediencia.
El PSOE apoyará la proposición de derogación de los nacionalistas vascos, y no a la del PDeCAT con el mismo objetivo. Los socialistas se abstendrán en la segunda porque sólo insta a derogar la reforma, y creen que la filosofía del PNV se ajusta más a las tesis que ellos defendieron en 2015 cuando el PP sacó adelante la reforma con mayoría absoluta. Esta diferencia no afecta a la práctica, para que el Congreso apruebe con los votos socialistas, de Unidos Podemos, ERC, el mismo PNV, y el PDeCAT que inicie su retroceso.
La del PNV será presentada por el letrado y portavoz de Justicia, Mikel Legarda, quien propone cambiar el carácter ejecutivo de suspensión del TC por multas coercitivas de 600 a 3.000 euros "a cualquier persona, investida o no de poder público, que incumpla los requerimientos del Tribunal, reiterando las multas hasta el total cumplimiento de los interesados, sin perjuicio de cualquier otra responsabilidad procedente", según detalla el texto. Ahora bien, los socialistas sí rechazan la derogación que los vascos quieren hacer del recurso previo de inconstitucionalidad para estatutos de autonomía, introducido el año pasado por acuerdo de PP y PSOE.
De hecho, el fantasma del Estatut hace coincidir a los socialistas con uno de los argumentos de C's. Según ambos, hay que mantener el recurso de inconstitucionalidad porque permite saber a priori si una ley marco autonómica es constitucional o no. Los vascos creen que ello vulnera el principio de que el TC es una instancia de revisión posterior, y denuncian que permite al Gobierno cerrarse a resolver a través del diálogo los conflictos. Aun así, la formación naranja se quedará sola con el PP votando en contra de ambas proposiciones de derogación.
Más explícito es Podemos, quien ha tachado la reforma de "antidemocrática" para convertir el TC en un "Tribunal contra Catalunya" que acorte plazos para encausar políticos, aunque de facto hace "más estrecho" el pacto de convivencia general. Así se manifiesta el portavoz de la formación, Íñigo Errejón, lamentando el papel de "policía" que se otorga al Alto Tribunal. De hecho, Moncloa nunca había descartado utilizar esta competencia con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, quien de momento está encausada por la vía penal de la fiscalía y no por el TC.
"Sentido de Estado" contra el proceso
Pero ante ese escenario, la desavenencia entre PP y PSOE por el uso del TC pone en riesgo la coordinación de sus acciones a la hora de pasar el proceso por el rodillo de los tribunales. Ambos votaron en contra del suplicatorio de Francesc Homs para que fuera juzgado por el 9-N en el Supremo. Así, días más tarde, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría pidió a sus oponentes acuerdos con "sentido de Estado" para hacer frente al conflicto catalán. Pero en esta ocasión, parece que en Ferraz tienen agenda propia, y por unos instantes, se desmarcarán.
El propio ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha anunciado este martes que el Gobierno intentará "salvar" el contenido de la ley durante su proceso de tramitación, con el objetivo de que sea lo "más adecuado para lo que España necesita" . Catalá niega que esto tenga que ver con el proceso catalán, sino que todos los tribunales pueden hacer cumplir sentencias, y el Constitucional también, como intérprete de la Carta Magna.
Y según fuentes de la dirección popular, Rajoy no tendrá problema en disolver las Cortes y convocar elecciones en los momentos de mayor tensión política. "Es lo que han hecho todos los presidentes cuando ha convenido", dicen a este diario. Por tanto, todo dependerá del texto final de la tramitación, ahora que los socialistas caen en las encuestas y el PP aguanta de un hilo que Podemos no los alcance, con la gran coalición por la puerta trasera.
Así y todo, empiezan a haber gestos frecuentes por parte de ciertos partidos para evitar el simbolismo de dar apoyo a iniciativas presentadas por los independentistas catalanes. Lo mismo que esta vez con el PSOE, pasó hace unas semanas cuando republicanos y demócratas presentaron una proposición para la creación de la comisión de investigación del exministro Jorge Fernández, y C's sólo votó a favor de la de los socialistas, asegurando que la otra era abundar en el "victimismo" del proceso soberanista. Finalmente se acumularon y salió adelante la comisión.