Martes 14 de mayo. Dos días después de las elecciones catalanas del 12-M y en plena precampaña de las elecciones europeas. Es la fecha en que el PP vetará la ley de amnistía en el Senado y la devolverá al Congreso de los Diputados para que, entonces sí, la cámara baja apruebe de forma definitiva la norma que tiene que reparar la persecución judicial a independentistas. Aquel día, pues, acabará un periodo de dos meses en que el partido de Alberto Núñez Feijóo ha hecho uso de su mayoría absoluta para retener la ley en la cámara e intentar que la norma tardara el máximo de tiempo posible a entrar en vigor.
Hace un par de semanas, el PP convocó para el 14 de mayo un Pleno extraordinario en el Senado. Aquella semana no estaba prevista ninguna sesión plenaria porque el 15 de mayo es festivo en Madrid. Pero los populares no confirmaban todavía si colocarían en el orden del día de aquel Pleno la ley de amnistía. Lo han confirmado este lunes al salir de la reunión de la ponencia de la comisión conjunta Constitucional-Justícia de la cámara alta. En esta reunión se ha aprobado un informe contrario a la norma que se tendrá que revalidar en la comisión que se reunirá el jueves 9 de mayo. El informe aprobado este jueves en la ponencia se ha basado en el texto de dos letrados que denuncian que la ley de amnistía es anticonstitucional y que consideran que una norma de este tipo "entra en conflicto con la arquitectura jurídica" de la Unión Europea.
La comisión que se celebrará el próximo jueves 9 de mayo aprobará un dictamen para vetar la norma (una enmienda a la totalidad). Y este dictamen se votará en el Pleno del día 14 de mayo. Una vez el Senado informe al Congreso de que ha decidido vetar la amnistía, la cámara baja podrá aprobar definitivamente la norma, que será publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La amnistía, congelada en el Senado durante dos meses
El pasado mes de noviembre, cuando ya era conocida la intención de Pedro Sánchez de pactar con el independentismo una ley de amnistía, el PP hizo uso de su mayoría absoluta en el Senado para modificar el reglamento de la cámara. Aprobaron que la Mesa del Senado tenga la potestad de decidir si una iniciativa legislativa que viene del Congreso se tramita por el trámite de urgencia o no. Es decir, de esta manera los populares consiguieron retrasar hasta dos meses la tramitación en el Senado de la ley de amnistía y no veinte días, tal como estaba previsto hasta entonces.
Durante todo este tiempo, el PP ha convertido el Senado en un plató de la gesticulación. Incluso ha iniciado un choque institucional con el Congreso de los Diputados, que de nada sirve. Ha convocado comisiones generales de las comunidades autónomas para que los distintos barones territoriales del PP desfilaran a criticar la norma. Hace un mes, Pere Aragonès aprovechó este aquelarre de los populares contra la amnistía para ir a defender la norma, reclamar un referéndum de autodeterminación y reclamar para Catalunya un sistema de financiación singular.
Durante este tiempo, incluso, el PP marcó un gol en propia puerta. Porque la Mesa del Senado, con mayoría absoluta popular, pidió un informe a la Comisión de Venecia sobre la amnistía. El tiro le salió por la culata. Porque este organismo fue solo un poco crítico con las formas de la tramitación, pero avaló que las amnistías no atentan contra la separación de poderes.
Después del 12-M, en precampaña europea
Así pues, la amnistía saldrá del Senado una vez ya se hayan celebrado las elecciones catalanas. Aunque se había estado estudiando esta posibilidad, el PP ha descartado finalmente utilizar en beneficio propio para el 12-M el ruido mediático que hubiera generado aquel Pleno. Sí que podrá hacer uso, sin embargo, de cara a las elecciones europeas. De hecho, este mismo lunes el PP ha anunciado una manifestación en Madrid para el día 26 de mayo contra Pedro Sánchez, en defensa "de la democracia, la independencia judicial y la libertad de prensa".
La semana pasada, después de que Pedro Sánchez confirmara que había decidido continuar como presidente del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo anticipó que si el proyecto del líder socialista es “emular regímenes que no creen en la plena libertad”, tendría “la movilización que buscaba, pero no en los términos que esperaba”.