El lehendakari, Imanol Pradales, y la presidenta de Navarra, María Chivite, han defendido sus sistemas fiscales singulares, el Concierto Económico y el Convenio, respectivamente; en un artículo conjunto que han publicado este domingo en los diarios del Grupo Noticias. En pleno debate sobre la financiación autonómica, avivado por el modelo fiscal singular que han pactado socialista y Esquerra Republicana para Catalunya, los mandatarios de las comunidades forales sostienen que sus respectivas singularidades tienen una justificación histórica —una autonomía tributaria que se remonta a la Edad Media y que fue reconocida durante la Transición— y el "máximo reconocimiento" legal y político, a pesar de las "críticas y de la utilización partidista".
En el texto, ambos presidentes han señalado que sus sistemas fiscales propios, "un modelo de federalismo fiscal con el máximo nivel de autonomía", están avalados por la historia, por la inclusión expresa en la Constitución de los derechos forales y por sentencias judiciales a todos los niveles, incluidos el Tribunal Constitucional y el de la Unión Europea. "Es de justicia ponerlo en valor, respetarlo y afirmar el compromiso en su defensa como derecho histórico y piedra angular de nuestro autogobierno", avisan los mandatarios.
"Solidario" pese a las "críticas"
El País Vasco y Navarra pueden aplicar sus políticas fiscales propias, independientemente de la Administración General del Estado, "disponiendo de un margen mayor para dinamizar la actividad económica, favorecer el crecimiento económico y, por ende, aumentar las políticas sociales que contribuyen al bienestar de la ciudadanía", apuntan. Con todo, envían al Estado un importe de acuerdo con los gastos de los servicios que ofrece este en las dos comunidades —las competencias no traspasadas— lo que se conoce como el Cupo y la Aportación, respectivamente, que se calcula identificando dichos gastos en los presupuestos generales del Estado.
Chivite y Pradales señalan que habitualmente el País Vasco y Navarra reciben críticas por su modelo diferencial al del resto de territorios del Estado, bajo el régimen común de las comunidades autónomas. En este sentido, valoran que el "problema" radica en que desde la conformación de dicho modelo común, en 1980 con la LOFCA, no se ha encontrado "una fórmula que permita una adecuada financiación de todas las comunidades". Agravado en un contexto en el que los gobiernos autonómicos han ido adquiriendo más competencias en materias como la sanidad, educación o servicios sociales.
Sobre las críticas, los mandatarios defienden que su modelo foral es "solidario" con el resto de comunidades autónomas, puesto que implican importes superiores a los porcentajes de población de sus territorios con respecto al conjunto del Estado —un importe del 6,4% en el caso del País Vascos y del 1,5% en el de Navarra—. También por las aportaciones que hacen las dos comunidades al Fondo de Compensación Interterritorial. De igual forma, los mandatarios avisan que las instituciones vascas o navarras no reciben financiación extraordinaria en épocas de crisis económica, sino que "asumen unilateralmente las consecuencias", por lo que su singularidad es toda una "responsabilidad".
A favor de otras singularidades, pero avisan: "No disfrutarían de la seguridad" foral
Pradales y Chivite se muestran favorables a que "puedan articularse mecanismos en el sistema de financiación de las comunidades autónomas de régimen común, multilaterales o con un grado mayor o menor de bilateralidad, que puedan imitar o asemejarse en algunas de sus características a nuestro particular modelo". Aun así, avisan que estos nuevos modelos "no disfrutarían de la seguridad y estabilidad en el tiempo que la garantía institucional del núcleo intangible de la foralidad otorga al régimen de Concierto y Convenio".