Sorprendida y a la vez decepcionada, la prensa de Madrid llora hoy el "desafío" belga al Estado español y critican a Bélgica como nunca antes lo habían hecho por la rabia que les ha producido su decisión judicial, al mismo tiempo que cuestionan la democracia europea.
Los diarios españoles vuelven a salir hoy en defensa del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena y cargan fuerte contra la justicia de Bruselas por haber dejado en total libertad a los consellers Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig y haberse negado a entregarlos a España, mientras algunos aprovechan la ocasión para incluir la fotografía en que los consellers toman una cerveza con sus abogados —una vez ya habían salido del Palacio de Justicia de Bruselas— para probar de degradar la situación.
Sus ganas de ver a todos los exiliados encarcelados por unos supuestos delitos que llevan meses dando por hechos —aunque en España las justicia vaya lenta para algunas cosas y no se haya celebrado todavía ningún juicio— les llevan a vincular esa decisión al hecho de que Bélgica sea "un país a menudo cuestionado por sus fallas de seguridad que demuestran, a su juicio, una "incalificable actitud" de la capital europea.
Desafío belga
Euroescepticismo, falta de compromiso, desafío al Estado... El Mundo, que bautiza su editorial con un título completamente plano, "¿Para qué sirve la euroorden?", se lamentan de la negativa de la justicia belga a entregar a los consellers y sostienen que eso "añade descrédito a la figura de la euroorden, ya muy dañada tras la decisión del tribunal de Schleswig-Holstein".
Según el diario citado, el Tribunal Supremo "tiene buenas razones para sospechar de la «ausencia de compromiso» de la justicia belga" y, como se ha mostrado en desacuerdo con el objetivo del juez Pablo Llarena, lamenta que la justicia belga "ignora voluntariamente la cadena lógica que llevó a Llarena a pedir la entrega internacional precisamente porque los procesados habían huido de una orden de detención nacional".
Para ellos, eso simboliza "el desafío a un Estado miembro de la Unión" y lo justifican bajo el argumento de que "no sorprende demasiado semejante actitud, tratándose de un país a menudo cuestionado por sus fallas de seguridad, y escogido justamente por eso como primer destino de fuga de Carles Puigdemont".
Por todo eso, envían un mensaje claro a la justicia soltando que "la impunidad no es una opción" y adviertiendo de que "la imagen de España no se puede permitir más resbalones", pero, eso sí, "la de Europa tampoco debería permitírselos".
Otra euroorden
Dándole toda la razón a Llarena, La Razón sostiene que el auto de procesamiento del magistrado del Supremo "es, jurídicamente, de rango superior a una orden de detención nacional, puesto que el mismo auto contiene por definición el conjunto indiciario y los fundamentos legales", al mismo tiempo que se lamenta de que "pese a ello, la Fiscalía de Bélgica ha hallado una aparente disonancia entre los sujetos de la primera acusación y los que figuran en el auto de procesamiento".
Justamente por eso, los de Francisco Marhuenda tildan la decisión de la justicia belga de "sorprendente" y de "incalificable actitud", cosa que consideran así porque, se lamentan, "lejos de acoger las demandas de un Estado democrático impecable, socio de su país en la Unión Europea y en la OTAN, que había sufrido un ataque a su integridad territorial, a su ordenamiento constitucional y, por ende, al principio de soberanía nacional, planteó cuestiones procedimentales, aunque sería más exacto tildarlas de leguleyas, para no atender a lo que era de derecho".
Así pues, tras alabar de todas las maneras a la justicia española, la emplazan a lanzar una tercera euroorden de detención "para responder de sus acciones", a las de los "políticos separatistas", porque no entienden cómo puede ser que ahora Llarena lo rechace.
"La verdad, la Justicia y la razón están de nuestra parte y, al final, prevalecerán", sentencian.
Pésimo ejemplo
ABC, de su lado, que ignora hoy en su portada la decisión de la justicia belga y abre a todo trapo con el triunfo del Atlético en la Europa League. Eso sí. En un artículo, se lamentan de que "cuando la Justicia española no había terminado de recuperarse del revolcón del tribunal alemán que adelantó su decisión de no entregar a Puigdemont por el delito de rebelión, la justicia belga propinó ayer un nuevo revés al Tribunal Supremo, que dirige la causa contra el «procés»", motivo por el cual insinúan, de forma menos directa que el anterior, que sería bueno "cursar una nueva orden europea de detención y entrega".
José María Carrascal, en su artículo titulado "Berlín, capital de Catalunya", se lamenta de que "no puede haber generosidad con los supremacistas" y carga contra Alemania porque considera que la que quiere ser líder de una Europa unida y democrática está dando un ejemplo pésimo de democracia y de unidad" y emplaza al país donde vive ahora Puigdemont a " impedirle seguir maquinando contra España, como si en Alemania gobernasen ya los neonazis".
En este punto, empieza a cargar contra Torra: "odia a España y a los españoles y, por tanto, no puede concedérsele el menor crédito ni la menor oportunidad", pone encima de la mesa, al mismo tiempo que emplaza a Rajoy a "olvidar sus ofertas de diálogo con él, que, aparte de no llevar a ningún sitio, le hacen quedar muy mal. Cada vez que las hace, el PP pierde diez mil votos. Y, más grave: el soberanismo catalán los gana, pues las masas se van siempre con los que creen ganadores".
Lo peor llega al final, cuando Carrascal hace saber al gobierno del PP y a la justicia española que "planear un delito también es delito en grado de tentativa".
Golpistas custodiados
El País hoy no hace ni una sola mención en su portada de la edición en papel, pero también de la digital la decisión judicial belga y se dedica a tratar cuestiones como los presos de ETA, la toma de posesión de Torra o el triunfo del Atlético.
Mientras, El Español, que titula su editorial como "Un 155 más necesario hoy que en octubre", muestra su esperanza en que Ciudadanos marque un punto de inflexión en las decisiones políticas españolas y sueltan que "sería una buena noticia que Rivera convenciera a Rajoy de la necesidad de mantener y endurecer la ejecución del citado artículo".
Y es que para los de Pedro J.Ramírez su único punto de luz en la oscuridad que observan es el partido naranja, que será, según su punto de vista, el único que podrá liderar y ayudará a guiar al gobierno de Rajoy a "endurecer su ejecución para parar el nuevo golpe".