El golpe de la justicia alemana a la española al cuestionar la decisión del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena de procesar por rebelión a Carles Puigdemont —y consiguientemente también a sus consellers— ha ido acompañado del victimismo de los periódicos de Madrid. La prensa española, después de celebrar la extradición del president —que ellos mismos dieron por hecha— hoy lamenta que Alemania haya dado vía libre a lo que califican de "golpismo", mientras muestran una gran incomprensión con respecto a lo que ha pasado con los "intereses españoles ante los tribunales extranjeros" porque, mientras Llarena y Lamela van ganando el pulso a los separatistas, la opinión pública internacional va en una línea muy diferente.
Según la prensa de la capital española, eso marcará un antes y un después y puede llegar a dejar casi sin efectos la aplicación del artículo 155 de la Constitución, lo cual no solo podría comportar que se invistiera a Puigdemont, sino también que los de Mariano Rajoy perdieran gran parte del control en Catalunya. La culpa es del tribunal alemán, no de los diferentes pasos que ha ido dando el gobierno del PP, y es por eso que destacan que la libertad del president es un "fracaso" de Europa que está pagando España.
Lo peor para los grandes periódicos españoles es que eso supondrá un revés para el Estado, un portazo a su doctrina que no se esperaban y que puede acabar desacreditando las decisiones judiciales de España. Precisamente por eso, muchos piden la prisión desesperadamente para evitar que Puigdemont vuelva a ser president de la Generalitat.
Y aún más después de que el miércoles celebraran la admisión a trámite de la petición de extraditar a Puigdemont por parte de la fiscalía alemana, un gesto que les daba a entender que el president no tardaría mucho en ser deportado a España. Mientras tanto, aprovechan la ocasión para criticar la "inacción" del ejecutivo del PP por no haber dado una lección a la Unión Europea y marcar un precedente internacional a nivel de tribunales que acabe por favorecer las aspiraciones independentistas de otros territorios europeos.
Aire al golpismo
El periódico ABC, que abre su portada con el titular "La justicia europea da aire al golpismo", se muestra disgustado en el editorial, titulado "La justicia alemana se queda muy corta", ya que considera que esta decisión "es un serio contratiempo principalmente político que, si desemboca en la investidura de Puigdemont, puede suponer la inutilización del artículo 155".
Y no solo eso. El mismo periódico critica la decisión alemana al creer que el president no ha cometido un delito de traición —el equivalente al delito de rebelión en el país germánico— porque no hubo violencia. Eso supone un "revés" para el estado español porque, en el ámbito político, "sin procesamiento por rebelión, no hay suspensión cautelar de funciones públicas y solo la prisión provisional podría evitar la investidura del expresidente catalán".
Ahora bien. Rebajando un poco el tono, el ABC también pide al gobierno del PP que no se desentienda de lo que ha sucedido en el tribunal de Schleswig-Holstein, "como si solo fuera una mera cuestión entre jueces", porque, insiste, "es un serio contratiempo político".
Esta portada contrasta claramente con la de hace solo dos días, que celebraba que la justicia alemana marcara "el camino de vuelta de los golpistas huidos".
La pobre España
El Mundo coge un aire todavía más victimista y titula su editorial como "Un fracaso europeo que paga España", donde lamentan que Alemania haya cuestionado a Llarena. Es por eso que carga fuerte contra Europa al considerar que "el juez alemán acaba de desprestigiar, además de humillar, la tarea paciente y exhaustiva de las más altas magistraturas españolas".
Este periódico critica al juez alemán, pero sobre todo a la Unión Europea, por dejar a la justicia española en esta posición, dado que provoca "un profundo daño [...] para las propias instituciones comunitarias, asediadas por una oleada euroescéptica que ahora será más difícil de contener".
Según su opinión, si finalmente Puigdemont es extraditado "solo" por malversación, será una "responsabilidad muy barata para un golpista que intentó seccionar la soberanía nacional". Lo que más temen, sin embargo, es el "previsible envalentonamiento con el que el separatismo celebrará la libertad provisional de su caudillo". Y eso acabará marcando un precedente porque, según dicen, "si esta es la confianza que los europeos debemos tener en la solidaridad continental para repeler golpes de estado internos, entonces la UE es un proyecto fallido".
Lo peor de todo llega al final del escrito, cuando se carga contra Rajoy y los suyos por respetar la justicia alemana. Consideran que "no solo no abordó a tiempo el desafío separatista, sino que tampoco se ha preocupado por hacer pedagogía de su verdadera naturaleza por Europa", y advierten al gobierno español de que será castigado por eso.
Impunidad al golpe
El editorial de La Razón vuelve hoy a ser muy clara. Bajo el título "Error nefasto para España y Europa", no se cortan ni un pelo a la hora de soltar que "tenemos que lamentar que no se haya impuesto el criterio del Ministerio Público ni el de la petición cursada por la justicia española, que, según nuestra opinión, construyó una acusación sólida contra el jefe de la rebelión".
De hecho, su director, Francisco Marhuenda, ya soltó anoche en Twitter que la libertad de Puigdemont "es un verdadero varapalo que fortalece al independentismo". Lo piensa así porque, desde su punto de vista, "se ha producido un golpe de estado" y es por eso que le gustaría saber "qué diría este tribunal si favoreciéramos la independencia de Baviera o Hannover".
Lo de hoy es un verdadero varapalo que fortalece al independentismo. Yo creo que se ha producido un golpe de estado. Me gustaría saber qué dice este Tribunal si favoreciéramos la independencia de Baviera o Hannover #LaBrújula
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) 5 de abril de 2018
Es por eso que se ponen el traje de jueces y recuerdan a la justicia alemana que, según el ordenamiento constitucional español, "en nuestro país se tiene que sancionar de cuatro a ocho años de cárcel y de diez a veinte de inhabilitación al principal responsable de haber arrinconado los principios democráticos hasta extremos desconocidos en este siglo XXI en un rincón de Europa".
Y es que, según su punto de vista, lo que no puede ser es que la decisión alemana "fuera recibida con juerga por los presuntos delincuentes y sus terminales y muestra hasta qué punto la resolución ha hecho un flaco favor a la causa de la libertad". En este sentido, hacen ver que respetan las decisiones judiciales, eso sí, "por equivocadas que nos parezcan", aunque emplazan "al estado de derecho" a "mantenerse firme en la persecución de las gravísimas conductas de lo que ayer mismo la jueza Carmen Lamela definió como una organización criminal en su auto de procesamiento por sedición y otros delitos de la antigua cúpula policial y política de los Mossos".
De hecho, a partir de este argumento —que consideran firme y sólido— quitan importancia a la resolución alemana porque, según dicen, "sus resoluciones no son dogma de fe ni suponen ningun magisterio".
En su portada subrayan que el tribunal alemán "complica el juicio de Puigdemont" después de que no lo acusara por rebelión y obvian, otra vez, que en Catalunya no se ha producido violencia por parte del independentismo y que este es un motivo de peso para Alemania para no procesar al president.
Revés judicial
Sorprendido, El País también destaca la libertad del president y lamenta que la decisión de Alemania es un "revés judicial", así como que el delito que ve la justicia germánica está "muy alejado en su gravedad y tipificación de aquellos que constan en la causa instruida contra Puigdemont y otros acusados por el Tribunal Supremo, que califica de rebelión lo que sucedió en los dramáticos días de septiembre y octubre."
Este periódico va un paso más allá que el resto y destaca, también, la puesta en libertad y sin fianza a Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig porque, según su opinión, eso añade todavía más leña al fuego a la situación. De momento, según dicen, "la confianza de las autoridades judiciales españolas en la rapidez y eficacia del mecanismo de la euroorden no se ha visto satisfecha".
Más todavía: critican que esta actuación acabará por disminuir la "confianza mutua" entre estados de la Unión Europea y eso obligará al gobierno de Rajoy a "asumir los costes y el desgaste político, nacional e internacional de haberlo fiado todo a la actuación de los tribunales".
Eso sí. Al final del escrito rebajan el tono y subrayan que "la justicia alemana, como la española, ha actuado de forma completamente independiente y según su mejor criterio jurídico". Sin embargo, ponen el punto y final recordando que Puigdemont "todavía no ha sido absuelto y que, por lo tanto,"la causa que sigue el Tribunal Supremo contra él continúa plenamente vigente y no ha sido invalidada".