El fichaje, por parte de Pablo Casado, de Adolfo Suárez Illana como número dos por Madrid en las listas del Partido Popular para las elecciones españolas del 28 de abril es una de las últimas novedades de cara a la próxima cita electoral en esta larga precampaña en que los partidos, todos, aprovechan para dosificar las informaciones de los respectivos fichajes para conseguir tanta presencia mediática como les sea posible.
Eso tiene un hecho notablemente positivo y es que la opinión pública medianamente informada tiene o puede tener más conocimiento de cuáles son los candidatos de uno u otro partido, y otro aspecto, quizás menos positivo pero más impactante, es que las listas más o menos burocratizadas han dejado paso a una mediatización de los candidatos, que son vendidos como si se tratara de futbolistas que, como siempre pasa en estos casos, han conseguido fichar por el equipo con el cual han soñado desde pequeños.
Ahora bien, entre tanto bombo y platillo, quizás hay a quien se le va la mano, y vender a Suárez Illana como si fuera el Messi de la política o el Cristiano de la oratoria quizás es un poco exagerado, unos fuegos artificiales tan bonitos como efímeros. Y más todavía cuando, lo quiera o no, su principal activo es, simplemente, ser hijo de Adolfo Suárez, y eso es un poco lo que pasa hoy en la prensa editada en Madrid.
A quien más se le nota la excitación de hooligan respecto de este hecho es a El Mundo, que abre portada con un tema de aquellos de minuto y resultado titulado "La revolución de Casado", donde desgrana algunas de las ideas clave del PP en caso de que alcance la presidencia del Gobierno, como la eliminación de algunos impuestos, la rebaja de otros y la persecución descarada de la lengua catalana bajo el manto de "suprimir las barreras de las autonomías".
La foto, sin embargo, es de Casado presentando a Suárez Illana en una ceremonia perfectamente orquestada en la cual precisamente El Mundo hizo de anfitrión, ya que el anuncio se hizo en el marco de un desayuno informativo organizado por este mismo diario. Atención pero al título: "El hijo del mito, número dos".
Ya es triste que en un mismo titular, tan corto y tan preciso, se destaque que una persona es importante simplemente por ser el hijo de quien es y, encima, se le relegue a un segundo lugar, aquello que algunos consideran como el primero de los perdedores. Y atodo ello envuelto como si fuera el fichaje estrella... Y eso que dejando de lado la trayectoria política de su padre, que sería otro tema que entra dentro del relato mitológico de la transición, la trayectoria del hijo no es más que un aprovechamiento del nombre y el apellido saldado, de momento, con un sonoro fracaso en las autonómicas de Castilla la Mancha en el 2003. Salió tan mal parado que ni recogió el acta de diputado.
Por su parte, el diario La Razón se ve obligado a rebajar la euforia, no por que no se lo crean, sino porque el anuncio se hizo en casa del rival. Por eso optan por un "Casado se rodea de independientes en Madrid', con el antetítulo "Suárez Illana va de dos a su lista en el Congreso".
A su vez, El País refleja el mismo tema pero en más pequeño, con un "Casado ficha al hijo de Suarez, a periodistas y a toreros para las listas del PP".
Finalmente, ABC opta por explotar lo que ya avanzaban anteriormente El Mundo y El País sobre el informe del Tribunal de Cuentas sobre gastos supuestamente irregulares del Gobierno Puigdemont titulando "La Generalitat dilapidó 421 millones en acción exterior".
Al fin y al cabo, ya pueden vender que Suárez Illana ha sido el fichaje de la temporada que todo el mundo deja claro que lo alquilan por ser hijo de quien es. Quién los entienda, que los compre.