Entre los ítems repetitivos de la prensa española de los últimos días hay uno que amenaza ya con convertirse en una autoprofecía autocumplida que no es otra que la del otoño caliente que se espera en Catalunya, impulsado, claro, por los independentistas. Sí, este miércoles el concepto vuelve a aparecer en una portada de diario madrileño, en este caso La Razón, pero lo más significativo de todo es que aparece en una información que no tiene nada que ver con el independentismo, sino con... la exhumación de Franco.
Efectivamente, la retirada de los restos del dictador fascista del mausoleo donde fue enterrado por deseo de su sucesor, Juan Carlos I, es uno de los temas del día, una vez se ha sabido que el viernes el Consejo de Ministros aprobará un decreto para activar la retirada de lo que quede del dictador. "Los Franco podrán recurrir la exhumación para que los restos vuelvan al Valle", titula el diario del comisario Marhuenda, con una lectura contraria a lo que pretende el Ejecutivo Sánchez, impedir entrar en un litigio legal con los descendientes del caudillo.
El caso es que la información se complementa en portada con dos subtítulos, el primero de los cuales, "Los nietos del dictador impugnarían el acto como ocurrió con Sanjurjo", amplía la noticia con más detalles, que es la función canónica de un subtítulo. Lo que hace fruncir el ceño es el segundo subtítulo: "El traslado coincidiría con el 'otoño caliente' que preparan los soberanistas en Cataluña". Como se suele decir, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. En todo caso, prueba superada si alguien se había planteado la imposibilidad de no acabar cargando sobre el independentismo la cuestión del futuro de los restos óseos de Franco.
El Govern 'acosa' a paramilitares
En otro orden de cosas, El Mundo reserva un pequeño espacio en su portada —que también dedica al dictador— para encajar el titular "'Avalancha de solicitudes' para retirar lazos amarillos tras el acoso del Govern", donde interpreta que la identificación de 14 personas en las Terres de l'Ebre fue un "acoso del Govern", aunque se tratara de un pelotón organizado paramilitarmente que alarmó al vecindario, que uno de los coches intentó escapar del control policial y que llevaban provisión de armas blancas, sin olvidar que uno de los miembros era un guardia civil. Pero se ve que en este caso los Mossos tenían que hacer la vista gorda. En fin, feliz miércoles a todo el mundo.