Si bien ayer ya eran precavidos y probaban de prevenir cualquier tipo de diálogo entre Govern y Gobierno, hoy los diarios de Madrid se reafirman y, en una nueva entrega de reproches y recriminaciones a la situación política, continúa la lluvia de críticas contra el PSOE por dar vía libre al "separatismo" en la reunión bilateral celebrada ayer en el Palau de la Generalitat y "pagar" ese precio tras conseguir que los partidos independentistas apoyaran su moción de censura contra Mariano Rajoy.
Mostrando sin tapujos su disgusto porque los de Pedro Sánchez muestren una mínima atención hacia Catalunya, la prensa española viene cargada de reproches al socialismo y de elogios al PP, que acaban convirtiendo al partido dirigido por Pablo Casado en una víctima de la izquierda española y del soberanismo catalán.
A pesar de eso, no solo los populares son damnificados del independentismo, sino también el ejecutivo socialista porque, al final, y siempre según su opinión, quién manda detrás de todo esto es el president legítimo, Carles Puigdemont, que, añaden, volverá a hacer cumplir su agenda basada en la "agitación callejera".
Eliminar al PP
Generalmente, la editorial del diario citado no sale publicada por la mañana en la versión digital del rotativo, pero esta vez sí. Bajo el título "El precio de una moción en censura", ABC critica la posición del gobierno del PSOE sosteniendo que "se movió en círculo con su discurso vacío sobre la «normalidad» y el «diálogo»" y, lo que es peor para ellos, "otra vez reduce su estrategia a financiar mejor a la Generalitat, asfixiada por su deuda y su déficit".
Según su punto de vista, el hecho de que la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, "retomara de tapadillo la disposición estatutaria, cuestionada por el Tribunal Constitucional, que garantiza a Catalunya un porcentaje de inversiones en infraestructuras en función de su PIB", demuestra cómo "los separatistas culpan de la crispación al PP".
La reunión de ayer, además, "transmite el mensaje de que el Estado ha perdido el pulso" ya que, insisten, "los separatistas catalanes saben que han recuperado margen de actuación gracias a un Gobierno que renunció a utilizar el foro bilateral de ayer para exigir lo único importante en este momento, que es la lealtad a la Constitución y a las leyes".
Pero lejos de eso, "Pedro Sánchez y su Gobierno siguen anclados en el zapaterista argumento de que hay que hacer que Catalunya —es decir, los nacionalistas— esté cómoda en España, los separatistas se mueven en una fase más avanzada para su propósito, que es el de romper España y no cómo quedarse en ella".
En su lista de críticas contra el PSOE, ponen de relieve que "cuando todo fracase, el PSOE no dudará en presentarse como víctima de un engaño o apóstol de la concordia" y subrayan que todo esto responde a una estrategia entre la izquierda y el soberanismo para "eliminar al PP".
Frenar el ridículo
En una línea similar, La Razón también vincula el apoyo de los partidos independentistas a la moción de censura contra Rajoy y, como ayer, vuelven a reprochar al presidente español que esté dispuesto a hablar de todo —incluyendo los presos políticos— solo porque consiguió llegar a la presidencia del gobierno español gracias al soberanismo catalán.
Dicho esto, los de Francisco Marhuenda envían un mensaje claro a Sánchez recordándole que "no puede alterar el principio fundamental de la soberanía nacional", así como que "ni debe hacerlo, ni tiene medios para cerrar un acuerdo de este calibre".
Lo peor para ellos, sin embargo, es que estuvieran dispuestos a dialogar sobre los presos políticos porque, a su parecer, es "demasiado precipitado hablar de indultos cuando ni siquiera han sido juzgados" y, además, advierten al independentismo —"para no hacer más el ridículo"— de que el gobierno de Sánchez no puede hacer "nada que modifique aspectos que vayan en contra del orden constitucional, que colmen las aspiraciones identitarias del nacionalismo y que culmine el «proceso» con éxito".
Para terminar, y para no perder costumbres, aprovechan la ocasión para rozar el insulto y tildar la comparecencia del conseller de Acció Exterior, Ernest Maragall, de "patética" por haber dicho que "el concepto de «normalidad» que tiene la Generalitat no es el mismo que el del Gobierno".
Y es que, a su juicio, "normalidad" significa que "la Generalitat renuncie a la vía independentista y a romper la unidad territorial de España", aunque tienen bastante cuello abajo que "la agenda que se va a cumplir es la de Puigdemont: agitación de la calle el 11 de septiembre y aniversario del 1-O, subida del tono sentimental y elecciones autonómicas".
Irresponsabilidad institucional
Mientras, El Mundo se lamenta de que el gobierno del PSOE estuviera dispuesto a hablar de referéndum y de presos políticos porque eso demuestra que "carece de sentido hablar de normalización institucional" ya que, sostienen, "sin lealtad no es posible el diálogo".
El diario citado no considera "normal" hablar de votar, de democracia. El derecho a decidir se queda al margen de cualquier tipo de negociación porque es imposible que se pueda permitir a los catalanes que voten. Pero como, a pesar de que se habló de eso, los de Pedro Sánchez solo se mostraron dispuestos a "realizar varias concesiones al Govern", consideran que esto pone de relieve "su irresponsabilidad institucional".
Para ellos, tampoco entra dentro de la "normalidad institucional" hablar sobre inversiones adicionales en infraestructuras o dar más margen de maniobra al Estatut de Autonomía de Catalunya, cosa que, también, tildan de "irresponsable".
Involucrar a Catalunya
Por el contrario, El País sí que cree que "empieza a ser urgente reformar con seriedad el sistema de financiación" porque, a su juicio, "necesita una reforma a fondo" teniendo en cuenta que "la negligencia política ha condenado a los Gobiernos autonómicos a operar con graves problemas financieros y a graves desequilibrios en materia de deuda y Sanidad" y, precisamente por eso, consideran que es "mejor una reforma seria, aunque con más retraso, que otra improvisada".
Pero además de esta propuesta, también emplazan al Govern a volver a estar presente en las reuniones del Consejo de Política Fiscal porque, subrayan, "cualquier acuerdo quedaría incompleto sin ella", motivo por el cual envían un mensaje claro a todos los grupos políticos poniendo encima de la mesa que "hay que hacer todos los esfuerzos que sean razonables para involucrar a Catalunya en la tarea".
Eso sí. "Sólo los razonables" porque "si el Govern y la actual mayoría parlamentaria en Catalunya persistieran en su negativa, persistencia que equivaldría a un boicot dañino de los recursos que deben recibir el resto de comunidades, la reforma debe prepararse o incluso concluirse sin Catalunya. Porque el modelo actual, complejo y desequilibrado, no se sostiene", sentencian.
El Español, de su lado, recuerda que "dos monólogos no hacen un diálogo" y asegura que ha sido justamente eso lo que "ha evidenciado lo lejanos que están los intereses de unos y de otros, salvo en un aspecto: ambos pretenden alargar el diálogo todo lo posible".
Mientras sostienen que "al independentismo le interesa mostrar una cara amable y dialogante antes de lanzarse a la calle con ocasión de la Diada, del aniversario del 1-O y del inicio del juicio a los cabecillas del procés", argumentan que los de Pedro Sánchez "pretende ganar tiempo y alejar los nubarrones del adelanto electoral", pero, según su punto de vista, el Gobierno no debió haberse reunido con el Govern después de que el president Quim Torra dijera el martes que Felipe VI "no es el rey de todos los catalanes".
Ni operación diálogo, ni margen de negociación. Eso es lo que la mayoría de diarios españoles instan a hacer —o a no hacer— al gobierno dirigido por Pedro Sánchez.