Mientras no llega la violencia, haremos ver que existe. Esta idea es la que ha calado con fuerza en los grandes diarios de Madrid, que llevan días dando por hecho que las concentraciones pacíficas que están teniendo lugar estos últimos días en Catalunya son violentas y, por si fuera poco, atribuyen directamente esa responsabilidad a los partidos independentistas del Parlament.
Según parece ser, para la prensa española, violencia equivale a reivindicación. Sea de la forma que sea. Para justificarlo, vuelven a insistir en el planteamiento de que los líderes independentistas encarcelados no lo están por sus ideas, si no por sus "delitos" y por haber dado un golpe de Estado, dando así por hecho —una vez más— la sentencia final de un juicio que ni tan siquiera tiene fecha.
Precisamente por eso, se lamentan de que la cámara catalana reconociera ayer el derecho de investir a Carles Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull porque consideran que actuaciones como esa amparan e incitan, todavía más, a los independentistas "radicales" a salir a la calle y hacer que la violencia reine en Catalunya.
La violencia del Parlament
Sin pelos en la lengua, La Razón atribuye directamente los "actos violentos" a "una parte" del Parlament y aprovecha la ocasión para bautizar de "mociones de fogueo" las propuestas de resolución presentadas y aprobadas ayer en el pleno del Parlament por JxCat, ERC y la CUP porque consideran que la cambra catalana debería haber "condenado la violencia callejera".
Los de Francisco Marhuenda giran la tortilla completamente y definen las protestas pacíficas que están teniendo lugar estos últimos días en Catalunya de "actos de clara intimidación [...] contra quienes no comulgan con el secesionismo".
Y no solo eso. Aún van un paso más allá y lloriquean porque consideran que con la aprobación de las propuestas de los grupos soberanistas "se deslegitima al Poder Judicial y se duda de la rectitud de sus jueces y magistrados, con otra emoción de apoyo a los dirigentes separatistas presos".
Bajo el título "Corresponsables de la violencia", La Razón vuelve a la carga repitiéndose más que el ajo: los presos políticos "llevaron a cabo un acto de rebelión que suponía dar un golpe de Estado contra la democracia española, desde el desprecio más absoluto al ordenamiento jurídico y al principio de soberanía nacional".
Todas esas premisas hacen que los de Marhuenda señalen directamente al Parlament por ser "corresponsable de los actos violentos que se puedan producir y, además, no favorece en nada la situación personal de sus compañeros de filas procesados".
Ahora bien. Llegados a este punto, y después de criticar y cargar fuerte contra las manifestaciones que consideran violentas, aseguran que estas concentraciones están teniendo un "escaso eco ciudadano [...] unido a la frustración creciente de las bases más radicalizadas del separatismo".
El disparate 'indepe'
ABC sigue la misma línea que los de Marhuenda y se lamentan de que el independentismo "acumula ya dos legislaturas entregado en cuerpo y alma al disparate y la insensatez, dando como resultado una de las mayores crisis políticas y sociales de la historia reciente".
En su editorial titulada "Los separatismos, entregados al disparate", critican que los soberanistas no se echen para atrás y continuen insistiendo "en su particular dislate, sin importar un ápice el grave daño que causan al conjunto de la población".
Un disparate que se volvió a materializar —siempre según el diario citado— en el pleno de ayer del Parlament, donde los partidos independentistas mostraron, de nuevo, su apoyo a Carles Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull. A su parecer, esto solo demuestra "el nulo respeto que profesan al Estado de Derecho", pero también "su más absoluto desdén hacia la actuación de los jueces y, por tanto, hacia la fundamental separación de poderes, clave en cualquier democracia".
También como La Razón, el rotativo mencionado se lamenta de que "rechazaban condenar los actos vandálicos y violentos que han protagonizado en las calles los grupos más radicales, así como los ataques y amenazas que han sufrido las sedes y los políticos de otros partidos".
Su conclusión es clara. Como los independentistas no se ponen de su lado, "refleja que Catalunya está todavía muy lejos de recuperar la normalidad institucional" porque, además, los soberanistas "insisten en dar la espalda a la prosperidad y los problemas reales de los catalanes con tal de mantener en pie su quimera ilegal".
El bucle catalán
El Mundo, de su lado, obvia que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena marcó la casilla de corrupción en la euroorden y recuerda que Puigdemont está acusado de rebelión y malversación para justificar la idea de que "no está en condiciones de presidir ningún Gobierno".
Como el resto, este diario también da por hecha la existencia de "violencia callejera" estos días, al tiempo que reprocha al presidente del Parlament, Roger Torrent, "no haberse atrevido" a proponer a Puigdemont de nuevo para la investidura "si tan legítimo es".
Ellos mismos se responden y, según su punto de vista, si Torrent no lo hizo fue "evidentemente, porque sabe que el Estado de derecho es implacable en España y está advertido de las consecuencias penales que acarrea quebrar la legislación", es decir, para evitar la cárcel.
Lo peor de todo llega casi al final del escrito, donde sueltan que "es insólito e inaceptable que una asamblea legislativa se arrogue la capacidad de ordenar a la Justicia lo que debe hacer" y achacan la falta de separación de poderes al "separatismo" y no al gobierno del PP, hecho que, a sus ojos, demuestra la existencia de "la metástasis inoculada por el separatismo en la política catalana".
Ficción permanente
El País no dedica hoy su editorial a la cuestión catalana, pero si una columna de opinión titulada "La Pasión de Puigdemont según…" donde cargan fuerte contra Puigdemont tildándolo de "mártir de la fe indepe" y le comparan, irónicamente, con "la pasión y sacrificio del Mesías" después de repasar varios pasajes de la Biblia para relacionarlos con el procés, concluye y se lamenta de que "no parece, así pues, que haya disposición a regresar a la realidad. El estado de ficción permanente es más confortable para mantener el relato".
El Español, como los primeros tres diarios mencionados, suelta que en Catalunya hay "carta blanca a los violentos" y atribuye la responsabilidad de una supuesta violencia en las manifestaciones independentistas a los partidos independentistas porque, según su punto de vista, "los grupos de radicales y exaltados cuentan con su apoyo tácito y tienen carta blanca para campar por sus respetos, por lo que ellos serán indirectamente responsables de la violencia que pueda producirse los próximos días".
Por todo ello, se lamentan de que "el deterioro de la vida pública en Catalunya es clamoroso" y, justamente por eso, vuelven a emplazar al gobierno de Mariano Rajoy a reforzar la aplicación del artículo 155 de la Constitución española.