La lectura de la prensa extranjera, sobre todo centrada en Europa y los Estados Unidos, hace un retrato del retorno del rey emérito Juan Carlos I muy diferenciado del de la prensa española. Así pues, ninguno de los diarios que dedican amplios reportajes, se centra en detalles menores como la casa en Sanxenxo donde ha pasado la noche; nadie entrevista a Pedro Campos, su amigo que lo recibió en el aeropuerto de Vigo; o ninguno se fija en si está más o menos bien de salud.
Donde ponen el ojo es en si este retorno es normal, puede tener consecuencias para la monarquía actual de Felipe VI y todos se siguen preguntando por qué no ha dado todavía explicaciones después de más de 21 meses de haberse marchado a los Emiratos Árabes. Otra información que unánimamente todas las cabeceras recogidas también repiten es que, a pesar de no ser condenado por la justicia suiza, las corruptelas que lo rodean y el hecho de tener que admitir que tenía pendiente regularizar la situación con Hacienda con diferentes pagos expreso que emitió, constatan que no cumplió con la ley.
"Sus súbditos se hunden"
Recogemos todas estas ideas con diferentes frases demoledoras. "La estancia española de Juan Carlos hace que sus súbditos se hundan", titula al francés Le Figaro. El periodista Mathieu de Taillac añade que "el viaje del emérito de España, instalado en Abu Dhabi desde agosto del 2020, no se parece nada a una escapada tranquila". Y se sorprende cómo los programas televisivos se llenan de horas retransmitendo en directo su llegada. Además, define hasta tres veces a Juan Carlos como "un rey huido".
El suplemento francés El Express todavía es más explícito: "Juan Carlos I llega a España, una visita breve que hace estremecer a la gente, es espeluznante". Un concepto, el de estremecer, que también han recogido los informativos televisivos de Le Monde. Y se sorprende cómo la justicia española "ha sido incapaz de procesarlo por la insuficiencia de pruebas incriminatorias, la prescripción de delitos y la inmunidad de la cual disfrutó como jefe del Estado hasta el 2014". Pero recuerda que arrastra un currículum de "muchas irregularidades fiscales de las cuales había sido culpable el antiguo rey y que lo llevaron a hacer dos ajustes fiscales por más de 5 millones de euros".
"Una fuente de escándalos"
El suizo Tribune de Genève define el emérito como "una fuente de escándalos". Y otro suizo, el Blick, destaca que se ha salvado de la justicia por sus privilegios pero en ningún caso por no haber defraudado: "El exmonarca, que en su tiempo fue muy venerado para muchos españoles, escapó por poco del proceso penal. La fiscalía sólo abandonó en marzo la investigación de unos años por irregularidades financieras porque Juan Carlos estaba protegido por su inmunidad como rey hasta su abdicación el 2014, las acciones estaban prescritas o pagó rápidamente impuestos por valor de millones".
La edición europea del diario americano Politico, constata que Juan Carlos I es una lacra para los borbones, también actualmente: "Felipe no ha podido evitar que la caída personal de su padre erosionara la imagen de la corona, sobre todo entre los votantes más jóvenes que no recuerdan los éxitos del antiguo rey. Una encuesta del 2021 informó de que el 31% de los encuestados estaban a favor de la monarquía y el 39% a favor de una república. Eso ha situado la monarquía, sin quererlo, en el ámbito político, convirtiéndola en una causa más de división entre izquierda y derecha".
Mientras que el Washington Post subrayan las irregularidades del monarca: "Aunque Juan Carlos no se encontraba entre los principales sujetos de la investigación suiza, los fiscales dijeron que descubrieron que recibió 100 millones de dólares del ministerio de finanzas saudí en el 2008 antes de dimitir como rey. La investigación también encontró millones más recibidos por el rey o su antigua pareja, la empresaria danesa-alemana Corinna Larsen".
"Un invitado incómodo"
Otros diarios como Le Républicain lorrain, destaca que "según los medios españoles, el gobierno del socialista Pedro Sánchez se ha mostrado, de hecho, ferozmente contrario al hecho de que pudiera ser alojado al Palacio de la Zarzuela, residencia oficial del soberano, que es el jefe del Estado". Y el FrankenPost de Alemania también es bastante explícito: "Juan Carlos I, un invitado incómodo para su país". El artículo empieza así: "Con pocas palabras, la familia real española anunció el retorno del exmonarca Juan Carlos. La primera visita del viejo rey se convierte en un equilibrio para la monarquía".
Y el Irish Times liga el retorno con sus corruptelas: "El antiguo rey español vuelve del autoexilio para visitar España después de un escándalo financiero". Y de Sanxenxo: "Este fin de semana, la ciudad se encuentra en el centro de un furioso debate sobre la monarquía del país. Padre y el hijo se tienen que encontrar el lunes en Madrid, antes de que Juan Carlos vuelva a su refugio en el Golfo. Aunque podría ser una oportunidad para arreglar su relación, reparar el prestigio de la monarquía será una tarea mucho más descorazonadora".