A quienes tengan más de 40 años, las portadas impresas de la prensa de Madrid de este martes le recordarán las que se veían durante los años del último gobierno de Felipe González. Era el tiempo del llamado sindicato del crimen, alias dado a la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes, que pretendía desorbitar la crítica al gobierno socialista y generar crispación "hasta rozar la estabilidad del Estado", según explicaría años más tarde Luis María Anson, entonces director de ABC y uno de los factótums de la conspiración, uña y carne con Pedro J. Ramírez (que era director de El Mundo), Antonio Burgos, Antonio Gala, José María García, Federico Jiménez Losantos, José Luis Martín Prieto, Luis del Olmo, Raúl del Pozo, Pablo Sebastián... entre otros.
En esta secuela de la misma película, Pedro Sánchez actúa en el papel de Felipe González. Ya sabes cómo termina.
La exministra Carmen Montón no sabe el favor que ha hecho a los diarios impresos de Madrid. Su dimisión, este martes por la noche, les ha salvado de abrir sus portadas con la Diada. Eso no se paga, amigas y amigos. La renuncia de la titular de Sanidad ha sido un acto de patriotismo, constitucional o en compañía de otros.
La Diada en directo
El día venía de mal aire, porque el hecho de relieve era la Diada. Y no iba bien. La "Fiesta autonómica" alternativa organizada en la plaza del Rei había reunido, como mucho, a un centenar largo de personas. Encima, La Sexta retransmitía en directo la manifestación de la Diagonal, y también el canal 24 Horas de TVE, en este caso con muy mala idea, porque cuando cambiaban de noticia dejaban la imagen de la manifestación de la Diagonal en un insert. La1 hacía conexiones larguísimas con Barcelona. Terrible.
La situación era tan fuerte que incluso Jordi Basté ha comentado en RAC1 que muchos televidentes españoles —desacostumbrados a la magnitud de la Diada porque hasta ayer en sus teles no se le daba bola— podían infartar al ver, de repente, la Diagonal cubierta de gente con esteladas y gritando libertad, independencia, etcétera. Un horror.
A última hora, sin embargo, en el descuento, la renuncia de la titular de Sanidad ha llegado a tiempo para rescatar a los diarios de la capital española. Sus primeras páginas no se mancharían con la Diada.
Borrell echa una mano
Ha ayudado la entrevista de la BBC a Josep Borrell. La tele pública británica le ha hecho un hijo de madera al ministro de Exteriores, que quizás acudía a Hardtalk a tomar el té. Para que te hagas idea, el entrevistador de ese programa es una especie de Tommy Shelby, el de Peaky Blinders, pero con dos doctorados. En un abrir y cerrar de ojos te deja la cara como un mapa y la moral como un trapo sucio. Borrell ha cometido dos faltas técnicas: afirmar que Catalunya es una nación y decir que el juez Llarena podría haberse ahorrado el trullo a los nueve presos políticos catalanes. Resultado: Borrell, traidor.
Total, que entre Montón y Borrell, el nuevo "sindicato del crimen" se ha dado una fiesta con el gobierno de Pedro Sánchez (ya sabe, es rehén de separatistas y rojos). Todo el mundo ha podido marcharse a casa relajado y con la conciencia tranquila. Un día más, la patria se ha salvado.
¿Todo el mundo? ¡No! Un diario poblado por irreductibles progres resiste todavía al invasor. El País ha preferido abrir su portada con el órdago soberanista y esconder bajo esa alfombra la dimisión de la ministra. Titula "El independentismo recurre a la Diada para ocultar su división". A la vista de las otras portadas, se le podría hacer la broma de que El País recurre a la Diada para ocultar la dimisión.
Los de casa
La prensa impresa de casa, este martes, ha jugado de local, como también, curiosamente, dos otros diarios de allende los Pirineos —L'Indépendant de Perpinyà y The National, nuestro homólogo escocés—, a quienes ha parecido que la mani de la Diada era el mejor plato del día.